El seleccionado argentino de básquetbol consiguió su tercer triunfo consecutivo en el mundial de China y ganó invicto el grupo B. Esta vez su victoria fue ante Rusia, al que superó por 69 a 61, con una gran participación del cordobés Facundo Campazzo, figura y goleador del partido con 21 puntos.

El triunfo de los dirigidos por Sergio Hernández se consumó en los últimos 2o segundos, cuando Campazzo puso su marca con una penetración que terminó en doble y una asistencia para que la diferencia se extendiera a ocho puntos.

El último cuarto fue muy complicado para el ganador, ya que Rusia endureció la marca y fue de a poco reduciendo la diferencia de 13 puntos que lo separaba de su rival en el tercer parcial. Aun mejorando el porcentaje de aciertos en sus lanzamientos de dos y tres puntos, a los rusos no les alcanzó para acceder a la victoria. Precisamente este triunfo le permite a Argentina pasar a la siguiente instancia del torneo con buenas chances de acceder a los cuartos de final. En la próxima fase enfrentará a Venezuela, el próximo viernes y a Polonia, ganador del grupo A, el domingo. Ambos encuentros se disputarán a las 9.30.

Más allá del emotivo final, el juego fue parejo aunque Argentina estuvo al frenete del marcador en su mayor parte. El primer cuarto había favorecido 17 a 12 a  Rusia. Casi tres minutos hubo que esperar para que hubiera una anotación. Argentina se puso en ventaja con un 6-0, lo que obligó a los rusos a ajustar las marcas, algo que fue afianzando su recuperación hasta pasar al frente en el marcador.

Argentina tuvo un mal porcentaje de lanzamientos, ante una marcación cada vez más sólida de sus adversarios. Un triple de Campazzo sobre el cierre del cuarto le permitió a Argentina acotar distancia, luego del 17 a 9 en contra, la mayor diferencia en el primer segmento.

Una rápida recuperación en los primeros minutos del segundo cuarto le dio el suficiente aire al seleccionado argentino de básquetbol para ganar el primer tiempo ante Rusia por 39 a 33.

Una ráfaga de 10 puntos a favor le permitió en ese lapso al equipo de Sergio Hernández pasar al frente en el marcador, y deteriorar la dura defensa que el equipo ruso había expuesto en el primer cuarto. Rusia lució desconcertado e intentó a través de tiros de larga distancia de acortar el marcador, algo que pudo lograr sobre la finalización de la mitad inicial del juego.

En un tercer segmento con un bajo goleo de parte de ambos equipos, la selección argentina se puso arriba por 53 a 40 . En ese periodo la actividad del equipo celeste y blanco fue mucho más positiva en defensa que en ataque, lo mismo que la de su rival, que apeló permanentemente al tiro de tres puntos para achicar distancia.

El aporte de Delia en el cesto ruso, más alguna incursión de Scola, y una bomba de Campazzo le permitieron a Argentina llegar a los últimos diez minutos de partido con una diferencia de 13 puntos.

El final, como ya se dijo, fue emotivo. Tuvo que aparecer Campazzo para que con su genio el interrogante por el resultado se tradujera en la tercera alegría para Argentina en el mundial asiático.