En las últimas semanas, el radicalismo parece haber sufrido una profunda transformación que lo lleva a ocupar un lugar de privilegio dentro del teatro de la política provincial.

Un sector del centenario partido quiere imponer condiciones y liderar el intento para recuperar el poder perdido desde diciembre de 1998. Los defensores de esa idea no quieren saber nada con acomodarse mansamente detrás del liderazgo de Luis Juez, a quien desconocen como jefe y mucho menos como candidato a gobernador.

Largas charlas y discusiones de diferente tono precedieron a esta toma de postura con la cual arremeterán en las próximas semanas, o seguirán arremetiendo, según los casos.

Esa porción del radicalismo tiene absolutamente claro que hoy por hoy la joya de la abuela es el diputado nacional Rodrigo de Loredo. Por eso hay un intento por convertirlo en candidato a gobernador, más allá de la posición que adopten los referentes históricos, sobre cuyas espaldas pesa la culpa por la fractura y algún que otro papelón electoral que el peronismo disfrutó y celebró.

De Loredo, sin embargo, mantiene intacta su alianza con el senador nacional Luis Juez, con quien integra un tándem que aún festeja la victoria por paliza obtenida el año pasado en las elecciones legislativas frente al ejército político que comanda el gobernador Juan Schiaretti.

Sin embargo, De Loredo se apresta a iniciar una gira provincial para auscultar opiniones en pueblos y ciudades de la Córdoba profunda. Cuestionar con severidad al gobernador sin hablar de candidaturas parece ser el camino elegido, que siempre mezclará furibundas críticas al gobierno nacional y a la cada vez más alocada interna entre el presidente Alberto Fernández y su vice, Cristina Fernández de Kirchner.

La alianza Juez-De Loredo está intacta pero los socios investigan la realidad y tampoco descarta un futuro sin compañero de ruta. Si el radical marchará al interior para medir el pulso, Juez ya lo empezó a hacer con diferentes movimientos en varios departamentos. “Tenemos que estar presente en cada ciudad, pueblo y comuna de Córdoba, tenemos que ser generosos para construir una alternativa de gobierno”, se entusiasmó Juez ante su topa, dejando una puerta abierta la construcción de un nuevo frente.

Mirando bajo el agua

Más que nadie, el senador nacional conoce al dedillo el movimiento de los radicales tendiente a desestabilizar su candidatura por Juntos por el Cambio. Tomó debida nota de la decisión del Tribunal de Disciplina de la UCR que no encontró irregularidades en el accionar del legislador Orlando Arduh, por haber impulsado las apuestas on line en Córdoba. El organismo que juzga conductas supuestamente sospechosas de los afiliados radicales decidió devolverle la ficha afiliatoria al dirigente.

Esta decisión no fue sólo una absolución de Arduh, sino una dura crítica a Juez, quien había defenestrado a Arduh por su propuesta. Es más el Tribunal de Disciplina arremetió sin nombrarlo contra el cacique del Frente Cívico al decir que si hubiera tenido alguna prueba, tendría que haber hecho la denuncia en la Justicia.

Ese Tribunal no actuó sólo, sin ninguna duda. Su movimiento contó con el beneplácito de las autoridades del partido, hoy en manos de Mario Negri y Ramón Mestre.

Los radicales tienen otro frente interno, marcado por los movimientos de un grupo de intendentes que reclaman participación y cupos en los espacios de poder electorales. No se resignan a ser candidatos de relleno y buscan protagonismo. Por eso, muchos y muchas amagan con encabezar una movida que los deposite en las puertas de una alianza con el gobernador Juan Schiaretti.

Cansada de los ninguneos, la intendenta de Juárez Celman, Myrian Prunotto, es una de las caras visibles de esta movida que viene sumando adeptos semana a semana, Hace unos días, se realizó una reunión de este sector de jefes municipales en la que quedó claro que el reclamo se hará escuchar fuerte puertas adentro de la Casa Radical.

Se viene un año políticamente movidito y que nadie esperaba.