La Derecha en la Argentina desvirtúa la acción política porque en lugar de presentar opciones y alternativas frente a los actos de gobierno que no comparten, usan la mentira a sabiendas como método y buscan incautos que le crean y los voten.

La oposición no está actuando como un partido político o un frente electoral. Acciona como una compleja y aceitada corporación empresarial, mediática y judicial, a la que se suman políticos especuladores de medio pelo. Estos políticos en todos los casos han pasado por cursos, seminarios, viajes y talleres de formación de líderes impulsados por organizaciones afines al neoliberalismo y a los Estados Unidos. Se trata de una nueva  forma de hacer política para acceder a la dirección de los estados y permitir y posibilitar el desarrollo de negocios económicos globales que siempre representan deudas y más pobreza para los pueblos.

Son gobiernos de ricos para su propio beneficio y los políticos que se prestan al juego muchas veces terminan siendo ricos olvidando completamente sus orígenes. Esto es lo que ha ocurrido con los partidos políticos coptados por el PRO en la Argentina. Esta nueva Derecha usa el engaño y la falacia descaradamente. Llega al extremo de acusar a la democracia de autocracia. Afirman que el gobierno democrático es golpista, que la carne es cara porque no se exporta libremente, que la gente muere de Covid porque la Salud Pública está mal gestionada y que lo blanco es negro.  Así trabajan y así hacen política. 

Es muy importante entender cómo funciona éste método para que los partidos políticos democráticos puedan aplicar el antídoto que proteja a la Argentina del vaciamiento económico, cultural y moral que ellos persiguen. Pongo un sólo ejemplo. La derecha dice que los muertos por la pandemia son culpa del gobierno porque no vacunó bien y a tiempo. A esta mentira la militan con sus cuadros, la instalan y sostienen en sus medios de comunicación hegemónica y cuando hace falta usan sus  propios jueces para fabricar causas judiciales. Todo un mecanismo perverso y muy bien aceitado. Este accionar cosecha incautos y así juntan votos para acceder o sostenerse en el poder según el caso. 

Frente a ésta modalidad aggiornada del neoliberalismo sólo hay un remedio y es usar y potenciar la verdad. El sistema democrático y constitucional va a perdurar sólo si los partidos políticos democráticos se afirman en el uso de la Verdad como método y dejan de lado disputas internas menores. Es muy poderoso el influjo de la Constitución y de la Ley cuando el Presidente, los Legisladores y los Jueces se paran frente al pueblo con la Verdad en la mano, porque el pueblo sabe y acompaña y contra su fuerza no hay poder que valga.