Se trata, nada menos, que del organismo referencia que tiene la Organización Mundial de la Salud en Argentina. El médico catamarqueño Carlos Malbrán le dio el nombre a un instituto ya centenario en nuestro país.

En ese lugar fue designado como director el cordobés Pascual Fidelio, de reconocida labor profesional a cargo del Laboratorio de Hemoderivados de la Universidad Nacional de Córdoba.

Hoy dice encontrarse “empujado por la vida”, llegando a un lugar particular en “un momento tan crucial e histórico”.

Fue entrevistado en el programa Nada del otro mundo, de FM 102.3, y allí manifestó sentirse “un poco sockeado al principio” debido a “la magnitud de la pandemia”. Pero aclaró que se encontró con “un equipo de gente increíble, con vocación, esmero, compromiso y una capacidad científica y técnica de respuesta que es para sacarse el sombrero”.

En este último punto se destaca la secuenciación completa lograda por sus investigadores, del genoma SARS COV-2 en tres pacientes argentinos, que contrajeron coronavirus en respectivos viajes a Estados Unidos, Asia y Europa.

Científicos del Malbrán identificaron la circulación de tres cepas del Covid-19

“Se ocuparon de conocer la intimidad del material genético, de ver si va cambiando. Encontraron nuevos genomas, y se los sumó a la base de datos mundial”, se enorgullece diciendo Fidelio.

Se ocupó de la gran dicotomía de un reclamo generalizado de plantear ‘por qué no testean más’.

Y fue tajante: “¿A quién vamos a testear? Si no hay más muestras y los profesionales están cumpliendo en el relavamiento. ¿Vamos a ir testeando gente que va por la calle, buscando a alguien que tosa y se ahoga? Y si es así, es porque no hay más casos; lo que mostramos es lo que hay, esas curvas y Excel que se arman todos los días”.

Remarcó que “no hay falta de reactivos ni de recursos humanos”, sino que “felizmente, si algo falta son casos sospechosos”.

A la espera de un pico de casos, tranquilizó al remarcar que “el sistema funciona”.