En el eje de la escena político-judicial de nuestro está, desde hace un tiempo, el fiscal federal Carlos Stornelli.

Encargado de llevar adelante la investigación en base a fotocopias de cuadernos que guardó hasta que la causa se hiciera pública Oscar Centeno, uno de los choferes de la Secretaría de Obras Públicas de la Nación en la etapa kirchnerista, repartió imputaciones con fuerte impacto político y también empresario.

Intenta certificar si hubo coimas para hacer campaña.

En los últimos días, al trascender escuchas ilegales de conversaciones entre dirigentes, sumaría indagatorias al exsecretario Roberto Baratta, quien fuera titular del Secretario de Transporte de la Nación, Juan Pablo Schiavi, y el exembajador ante el Vaticano, Eduardo Valdés.

“En rebeldía”, pero negado a declarar

Según se supo, el funcionario judicial no concurriría, como hizo en los cuatro casos anteriores, a la citación para declarar que le volvió a cursar el juez federal de Dolores, Alejo Ramos Padilla.

El propio magistrado declaró, en las últimas horas, que Stornelli “no es el eje central de la investigación”, aunque intenta indagar en sus vínculos con Marcelo D’Alessio, parte fundamental de una red de espionaje ilegal y extorsión.

La semana pasada, el fiscal fue declarado “en rebeldía” por negarse a concurrir.

La respuesta, jurídica, de Stornelli, apunta a la destitución de Ramos Padilla, por considerar que los delitos a investigar no son parte de su jurisdicción.