Sus libros 'Mal comidos' y 'Mala leche' tienen un amplio impacto entre los lectores, por la forma en la que quita el velo del esquema de alimentación a nivel mundial.

En cuarentena, la periodista Soledad Barruti sentencia que "nadie comería lo que come si supiera cómo se produce", y deja en claro que "las cosas de las que se abastecen hoy las personas no son las que ayudarían para que estén sanas, fuertes y preparadas para enfrentarse a un virus que puede enfermarlos de gravedad".

Habla de un "círculo" que lleva a que el consumo de harinas, golosinas, snacks y bebidas azucaradas y alcohólicas "se transforma en un hábito alimentario" en tiempos de confinamiento: "Cuanto peor comés hoy, peor comés siempre".

Cuestiona que "nadie está tratando" el incremento de casos de diabetes y problemas cardiovasculares, "que vienen de la mano de la mala alimentación".

Entrevistada en el programa Mirá Quien Habla, de FM 102.3, agregó: "Hoy no hay políticas públicas que nos ayuden a comer mejor, información o acceso a la comida y productores agroecológicos que hacen comida de verdad. Es un problema muy grave, porque nuestro país está entregado al agronegocio, que sólo enferma".

Renueva sus críticas a las denominadas 'granjas industriales' que producen alimentos, porque "ahí se generaron la gripe aviar o gripe porcina", y anticipa que "en la medida que haya políticas públicas esos productos serán inaccesibles para muchísimas personas".

A la hora de realizar recomendaciones, puntualizó: "Podemos dejar de comprar cosas hechas, cocinar más con plantas que con animales, comprar más variedad, productos frescos y de temporada por ejemplo. Una amiga me dice que la verdulería es anticapitalista, porque las cosas en su mejor estado y su mejor momento, son más baratas".

Y concluye: "Hay que amigarse con la cocina, que puede ser un espacio revolucionario".