Considerando que se trata de “una luz de esperanza”, la dirigente social jujeña, Milagro Sala, celebró este jueves su absolución en la causa conocida como ‘la balacera de Azopardo’.

El Tribunal en lo Criminal Nº 2 desestimó su responsabilidad por “tentativa de homicidio”, al igual que su colega Alberto Cardozo, otro de los imputados, integrante de otra agrupación social que se encargaba de construir viviendas para personas en situación de marginalidad.

El hecho se remite a 2007, cuando en un enfrentamiento armado ocurrido en San Salvador de Jujuy, una niña resultó herida de un disparo.

“Durante casi diez años, Milagro no estuvo involucrada en la causa. Con el cambio de Gobierno (la asunción de Gerardo Morales), varios detenidos e imputados denunciaron haber sido apretados y por eso el juez Pullén Llermanos y el fiscal fueron denunciados. Llegó a juicio sólo por la declaración de un imputado. Nunca nadie la había mencionado”, adujo Paula Álvarez Carrera.

La abogada de Sala remarcó que “nunca nadie la había mencionado antes”, y la vincularon en un presunto atentado contra su colega Cardozo como “coautora agravado por promesa remuneratoria”.

“No se pudo probar que había encomendado la tentativa de homicidio. Es importante que se devele lo que está pasando en Jujuy. La Corte Interamericana de Derechos Humanos ya instó a la Justicia de Jujuy a que cambie las condiciones de la prisión domiciliaria de Milagro, que ni siquiera la lleva adelante en su domicilio”, confió, en diálogo con el programa Entre Nosotros Rebeca.

Con severas denuncias, por considerar que se trata de "una presa política", Sala se encuentra detenida de manera preventiva desde diciembre de 2015, sin tener una condena en su contra.