Desde hace varias semanas, las Cataratas del Iguazú, una de las siete maravillas del mundo,  viven una sequía importante en su caudal

Los 45 mil habitantes que viven en Puerto Iguazú se encuentran afectados por esta sequía originada en el cordón montañoso brasileño de Serra do Mar, que provocó que hoy las cataratas se vean prácticamente sin agua, lo que no sólo afecta a la actividad comercial sino también a la fauna y la flora de la zona.

Además, la pandemia del coronavirus frenó totalmente las visitas de turistas. El turismo alimenta de forma directa e indirecta al 80% de esa población. 

“Estamos ante el panorama más extraño y preocupante que yo recuerde. Tenemos a las cataratas sin agua y sin gente. Nunca imaginamos vivir algo así”, se lamentó Sergio Acosta, intendente del Parque Nacional Iguazú, en diálogo telefónico con Infobae.

“Lo del agua responde a un evento cíclico, que ocurre cada 15 años aproximadamente. Y justo se produjo al mismo tiempo que la pandemia”, agregó.

De hecho, las representantes por la provincia de Misiones en el Parlasur, Cecilia Britto y Julia Argentina Perié, presentaron hace unos días una recomendación al Consejo del Mercorsur para que se le exija a Brasil la reapertura de sus compuertas y así poder “regular el caudal, salvaguardando el derecho fundamental del acceso al agua”.

“Cada día, visitan las cataratas unas 4.500 personas promedio. Esa es la principal fuente de alimentación de los monos caí y los coatíes. Comen lo que les dan los turistas. Ahora estos animales se metieron en lo profundo de la selva en busca de una nueva alimentación. En los últimos días no los volvimos a ver”, contó Acosta.

“Hay una especie que se llama pájaro vencejo de cascada, que está adaptado a una vida constante en el spray que generan las cascadas. Este pájaro anida sobre la roca detrás de los saltos y utiliza como cobertura el chorro de la cascada para evitar la amenaza de depredadores. Ahora tiene que buscar un nuevo lugar”, explicó.