Afectados por la cuarentena y el cierre de los establecimientos privados, fundamentalmente los jardines maternales, desde el Sindicato Argentino de Docentes Privados (Sadop), se declararon en estado de alerta.

“Lo hicimos porque nos preocupa el sostenimiento de las fuentes de trabajo en la actividad. En los jardines maternales y en la universidad son las áreas más desprotegidas. A muchos jardines maternales les está costando mantener abiertas sus puertas y por lo tanto a nuestros compañeros cobrar su salario”, explicó el secretario general del gremio, Gerardo Bernardi en diálogo con la Crónica Matinal de Canal 10.

El dirigente admitió que desde el Gobierno Nacional se tomaron disposiciones económicas para colaborar con el sostenimiento de la actividad laboral y la educación en particular, pero consideró que en muchos casos eso no alcanza para que se pueda garantizar el ingreso de los trabajadores.

“Nosotros procuramos que los servicios se mantengan abiertos. Muchas compañeras son jefas de hogar y necesitan de sus salarios. En el nivel inicial estamos hablando de entre 3.000 y 4.000 compañeros, entre los que están todos aquellos trabajadores que no están adscriptos en la enseñanza oficial. Y estos servicios educativos tampoco tienen apoyo del estado”, explicó Bernardi.