El cáncer de mama es una enfermedad que cuando llega, atraviesa profundamente la vida de una persona.

En el mes de concientización sobre el cáncer de mama, Canal 10 dialogó con Josefina Rodríguez, una comunicadora sobreviviente a la enfermedad. "Octubre fue un mes difícil para mí en el momento que estuve enferma, tuve cáncer de mama, un tumor en la mama izquierda. En este momento hace seis años estaba atravesando los últimos meses de quimioterapia", afirma.

Rodríguez afirma que tras haber superado el cáncer, "hoy lo puedo recordar con la alegría y la fuerza que significó poder atravesar la enfermedad, estar bien y poder decir que hoy tengo una vida normal, trabajo, vivo y soy feliz a pesar de lo difícil que fue pasar ese momento".

"Lo más importante es lo clave que es detectar a tiempo que tenemos un tumor en las mamas. Tenía una mancha muy extraña en mi mama izquierda, una mancha fucsia que cambiaba de color y de forma, que durante un mes no se fue. No palpaba ningún nódulo en ese momento pero gracias a mis amigas que son médicas y muy atentas, rápidamente me hicieron una ecografía común de mamas y ahí detectamos el tumor", comentó sobre el proceso de detección del tumor.

Desde ese momento, se buscó diagnosticar con precisión qué era ese tumor para abordarlo con un tratamiento lo menos invasivo posible. "Lo bueno de los equipos médicos hoy en día, a los que siempre estaré muy agradecida de cómo me han acompañado, cuidado y respetado mis decisiones, y me han dado opciones; es poder abordar la enfermedad tratando de ser lo menos invasivos posible, porque los tratamientos son invasivos pero hay muchas opciones", explica.

"Una vez que tuve el diagnóstico fue clave, una vez que uno sabe qué tiene, sabemos qué podemos hacer", asegura.

Josefina expresa que lo más duro y confuso de los tratamientos "es la quimioterapia, porque es fuerte, te genera un malestar extraño. La caída del pelo, aunque una se prepara y sabe que viene, es muy dura pero al mismo tiempo lo confuso es que la quimio te da un montón de síntomas que parece que son de la enfermedad pero en realidad no, son de que la quimio está funcionando", asegura.

Y agrega que lo que más le llamó la atención de la experiencia es que a veces "uno siente que la gente tiene más miedo que una cuando lo está atravesando, porque como no saben bien qué está pasando y tienen miedo, a veces proyectan ese miedo sobre la persona que está atravesando la enfermedad y creen que hay una manera de estar enfermo".

"Yo la verdad es que pasé por otro lado, decidí no prestarle atención a esa presión social de cómo debía estar enferma, entonces me dediqué a estar con mis amigos, también salía de noche, si me sentía bien me juntaba, si no no me juntaba con nadie, me quedaba sola y era lo que necesitaba y mis amigos y mi familia me respetaban", valoró.

Además, Josefina decidió no realizarse un implante mamario tras la operación. "Me dio mucha fuerza para aceptar mi cuerpo como es y es mi manera de estar en el mundo y no necesito cambiarlo, es mi marca, es mi bandera, es mi recordatorio de que estoy bien y pude atravesarlo y de que mi cuerpo es distinto y lo acepto así, porque es lo que me costó, fue mi sacrificio, pero al mismo tiempo es lo que me mantiene viva", concluye.