Por Agustina Pozzo - @tini_pozzo

Como cuando uno espía a través de la hendija de un país, Diego Genoud logró plasmar en su segundo y último libro, al que tituló “El peronismo de Cristina”, un mapeo preciso, justo y necesario de cómo funcionó la política argentina en los últimos años. Desde Manzano hasta Frigerio. Desde Pichetto hasta Sigman. El relato se ubica, como tiempo neutral, en la construcción y victoria en 2019 del reciente Frente de Todos. Pero su prosa va y viene constantemente, como una ola profunda que sube, cae y rompe encima de roles, historias y decisiones que tomaron personajes centrales de nuestra querida política argentina. 

Casi dos meses pasaron de la publicación. Dos meses en la política argentina bien podrían ser dos años en cualquier otro punto del planeta. ¿Qué piensa Genoud sobre la vigencia de su relato? “La idea de un peronismo unido se sostiene porque el FDT se sostiene. Pero al mismo tiempo no es eso lo que mejor lo define. Si uno se pregunta hoy qué es el FDT no sé si lo primero que digo es: el peronismo unido. Lo primero que digo es que es Cristina, más La Cámpora, más muchos de los que se fueron y no pudieron alumbrar otro proyecto”, explica el periodista del bestseller que ya va por su segunda edición. 

Genoud, de militancia en la década de los ’90 en H.I.J.O.S, con historias familiares de secuestrados y desaparecidos durante la última dictadura, cuenta que su libro se gestó a partir de notas periodísticas semanales que publicó desde el 2017 en Letra P y El Canciller. Registró todos los movimientos que se fueron gestando en la política, y particularmente hacia el interior del peronismo, para entender desde dónde y hacia dónde miraban los actores de la futura coalición que iba a sacar al macrismo del poder. “Me parece que para este momento y para este año electoral el libro es un buen insumo como para leer la realidad. Este año es muy importante: por las elecciones y no solo por las elecciones. Cómo termine el año para el FDT va a ser muy importante. La vacunación y la economía”, sintetiza el autor, la misma semana que nuestro país alcanza las 20 millones de vacunas en suelo argentino.

Grupos empresarios, mediáticos, financistas de campaña. Pejotismos y menemismos. Macrismos y peronismos. Kirchnerismos y frentedetodismos. Con tres entrevistas jugosas como el corazón de un mango, el 2015 en el libro no es analizado con los lentes de una desagracia inexplicable: es, más bien, el movimiento de varias fichas de dominó de distintos colores. Genoud, que también publicó en 2015 “Massa, la biografía no autorizada”, durante todo el relato hace foco analítico en la combinación de dos variantes: por un lado, el sector empresarial argentino, a quien le atribuye un rol central tanto en el ascenso como en el descenso del macrismo al gobierno; por otro, indaga y expone ciertos aspectos de la vida política de actores como Schiaretti y De la Sota, Monzó y Massa, Alberto y Rosatti, el Papa y Perotti. “El peronismo de Cristina” es parte de todo esto. Es una reconfiguración parcial de proyectos hechos y truncados, de lecturas políticas erradas y acertadas. Con un macrismo que se viene derrumbando desde 2018, página tras página se termina por consolidar la idea de que el espacio político amarillo no pudo despegarse de la figura del hijo de Franco y ese es su propio certificado de defunción.

El libro te obliga a leerlo en pocos días. Los hilos de la política se trenzan y le dan vida a un relato que sabe de pausas, empujes y silencios pero que más sabe ir de menos a más. Diego es periodista político hace 15 años. Trabajó en innumerables proyectos periodísticos y hoy se destaca por sus columnas en Letra P y el DiarioAr. De sagaz indagatoria, el relato busca entender cómo funcionó y funciona la época de transición entre el inicio y fin del kirchnernismo, la consolidación y caída del macrismo y el nacimiento del FDT. Para hablar de la vidriera, Genoud busca en los cajones de atrás historias, vinculaciones y carreras políticas que explican por qué es tan difícil para la coalición gobernante establecer un sonido unísono. Con un Massa y un Rodriguez Larreta sentados varias veces en la misma mesa, en la página 95 Emilio Monzó apunta y dispara: “Yo creo que Macri no entiende el peronismo”. Ochenta y siente páginas después, José Luis Manzano hace lo suyo: “Si no se hubiera construido una coalición de centroizquierda que expresara las demandas de la gente, el corte hubiera sido horizontal. Se iba el sistema político para un lado y la gente para el otro”. Manzano habla del escenario político argentino. Pero su noción puede ser ampliada al mapa regional: Chile y Colombia son claros ejemplos de cortes horizontales, en donde la construcción política no estuvo a la altura de las demandas.

“Si uno se pregunta hoy qué es el FDT no sé si lo primero que digo es: el peronismo unido. Lo primero que digo es que es Cristina, más La Cámpora, más muchos de los que se fueron y no pudieron alumbrar otro proyecto.”

La devaluación, el aumento de las tarifas y la destrucción del empleo son los tres agujeros negros del macrismo que terminaron por sepultar a un gobierno que intentó ponerse el traje de lo novedoso y terminó por estrellarse bajo las alas de vuelo carroñero del FMI. ¿Cuál es el lugar que ocupan hoy hombres como Mindlin, Daniel Vila y Eurnekian? ¿Y el peronismo no kirchnerista? Genoud se refiere a muchos de ellos en su libro como “una generación ambiciosa que se agotó rápido en la primera línea de fuego de la frustración democrática y se recicló después en el mundo de los negocios”.

El libro también se lee al interior del gobierno: desde su publicación el pasado 20 de abril, se fue recomendando por los pasillos de boca en boca como cuando hay algo bueno que no te lo podes perder. O como cuando uno mismo necesita saber de qué forma parte. 

Definir el FDT no es fácil. Y es que desde la asunción al poder, “El peronismo de Cristina” es el primer registro literario embrionario de un proceso reciente que costó lágrimas de sangre y más que otro portazo y que la pandemia se encargó de dosificar como un hecho consumado. “Entre la dolorosa unidad, la escasez y la guerra interminable con el establishment”, escribió Genoud en la tapa. Eligió hablar del establishment desde el inicio. Y en referencia a ese colectivo pujante, determinante y sólido que maneja los hilos de la argentinidad desde antes del regreso de la democracia y lo hace desde bancos, campos y medios de comunicación aparece vinculado en el relato una figura central de la coalición gobernante: Sergio Tomás Massa. El autor del libro del año atiende el celular y responde, descontracturado pero pensante: “Massa es más que un político. Lo veo y lo presento en el libro como un representante de un bloque de poder con intereses específicos. Por como él va armando su construcción política. Por como él va construyendo poder”, explica y agrega: “La alianza Massa-Máximo es una de las grandes novedades del FDT y de la dinámica política en general. Massa es una figura muy ambiciosa. A veces la ansiedad lo hace cometer errores. Está haciendo un ejercicio en tratar de pensar un poquito más allá de la noticia (que a él le encanta)”.

Volvamos al libro. Emilio Monzó, Jose Luiz Manzano y Horario Rosatti son las tres figuras entrevistadas en “El peronismo de Cristina” que aportan ingenio, definiciones y análisis político sobre los últimos años de la Argentina. “¿Quién va a ser Perón? ¿Cristina o Alberto? ¡No hace falta Perón! Han pasado setenta años. Ella va a seguir siendo Cristina y él va a seguir siendo Alberto, el jefe de Estado, que si gobierna bien se va a reelegir”, dice Manzano en la página 186. Genoud cuenta que hubo dos figuras importantes dentro del armado poético del libro que se quedaron afuera: “me hubiera gustado poder entrevistar a Máximo y a Schiaretti. Los busqué bastante tiempo. Durante un año. Y nunca tuve respuesta. Creo que hubieran completado un poco el libro”.

El peronismo según Genud

En gran parte del relato se habla de un sector del Partido Justicialista que apoyó en Comodoro Py los primeros años del macrismo las causas judiciales contra CFK y que hoy se recicla dentro del FDT. Y es que para la construcción de un peronismo superador, autosuficiente y ganador en primera vuelta se necesitó, en más de un caso, hacer borrón y cuenta nueva. O cuenta nueva, simplemente. “Los que volvieron, volvieron porque advirtieron que por fuera no estaba la posibilidad de construir la avenida del medio. Massa, Alberto, los gobernadores, la CGT. Se rindieron ante esa evidencia de que el cristinismo permanecía con fuerza política”, sintetiza Genoud a meses de las elecciones legislativas, y también completa: “lo que no quiere decir que muchas veces la propia CFK o el sector más cercano a ella pierda registro de ciertas cuestiones de la realidad. Eso explica los últimos años de CFK presidenta. Tantas rupturas, tanta pérdida de aliados”. 

Una de las ideas que se desprenden del libro es que hubo oportunidad para construir una avenida del medio en el peronismo. Observando el escenario previo a las paso, ¿estará para el macrismo, con la apertura de un Rodríguez Larreta secundado por María Eugenia Vidal? Mientras la figura de CFK seguía teniendo una intención de voto cercano al 35% previo al 2019, la imagen negativa de MM supera hoy el 60%, según la última medición de Proyección Consultores en mayo de este año. Para JxC despegarse de Macri es más que una necesidad: es la decisión política de entender que no se puede pensar una elección sin escuchar lo que una sociedad les reclama. Muchos de quienes acompañaron al FDT con su voto y están desilusionados por cuestiones como el aumento en los precios de los alimentos y la continua pérdida del salario real no se sienten representados por la actual oposición que es el oficialismo de ayer que no pudo cumplir ninguna de sus promesas de campaña. “Larreta no puede negar que es parte de esa historia traumática que fue el macrismo. Sin embargo es posible y creo necesaria la construcción por fuera del núcleo duro. Larreta necesita trascender a Macri”, opina el autor del libro. Lo cierto es que, elecciones por delante, las internas dentro de la oposición, por primera vez desde la asunción de AF, quedaron más expuestas que las del oficialismo. Un oficialismo que supo navegar en un barco de papel en medio de una gran tormenta. Una tormenta que todavía no pasó. Una tormenta que supo azotar, entre otros, al propio ministro Martín Guzmán, uno de los últimos intocables dentro del gobierno. ¿Qué pasará con el FDT en el futuro? 

“Los que volvieron, volvieron porque advirtieron que por fuera no estaba la posibilidad de construir la avenida del medio. Massa, Alberto, los gobernadores, la CGT se rindieron ante la evidencia de que el cristinismo permanecía con fuerza política.”

“No sé bien por dónde imaginan, desde el peronismo no kirchnerista, que puede venir el apoyo popular. Me genera cierta duda. Los votos de los grandes conglomerados urbanos están, sobre todo, con CFK. El resto no tiene esa encarnadura. ¿Cómo se imagina el peronismo no kirchnerista que puede ser opción de poder realmente?”, se pregunta Genoud más allá de su relato. Algo que nos preguntamos todos. Un libro que promete y que cumple: entender el armado político del FDT es entender cómo funciona la política misma. La que sabe de los imprescindibles. La que sabe de los prescindibles. Con un rumbo económico ahorcado por los intereses de la deuda extranjera y la suba indiscriminada de los precios, con un mercado inmobiliario totalmente desregulado y al acecho de salarios que a gatas empatarán con la inflación anual, los dueños del gran circo argentino hoy son más imprescindibles que prescindibles. Y eso la política lo sabe.