Este jueves, el represor argentino Gonzalo “Chispa” Sánchez es extraditado a Argentina tras su detención en Brasil, país donde estuvo radicado durante dos décadas.

Está imputado por su participación en el grupo de tareas que secuestró y desapareció al escritor y periodista Rodolfo Walsh, en 1977.

Sánchez, uno de los prófugos de la Justicia en la causa ESMA y partícipe de los vuelos de la muerte, fue llevado de Foz de Iguazú a Puerto Iguazú, desde donde se dispuso su traslado hasta Buenos Aires.

Exmiembro del Grupo de tareas 3.3.2 de la ESMA, Sánchez participó en el operativo que el 25 de marzo de 1977 secuestró en el barrio San Cristóbal, en la Ciudad de Buenos Aires, al periodista y autor de clásicos como "Operación Masacre".

Walsh, quien integraba la organización Montoneros, habría llegado sin vida a la ESMA, logró herir a uno de sus verdugos con su revólver calibre 22.

La extradición de Sánchez es la primera que ocurre desde enero de 2019, cuando en Brasil asumió la presidencia Jair Bolsonaro, quien ha apoyado abiertamente las dictaduras sudamericanas, en particular la del chileno Augusto Pinochet

El caso de la detención de Sánchez fue seguido con atención por el presidente Alberto Fernández. Fuentes del Gobierno aseguran que está muy satisfecho con la decisión de su extracción a la Argentina. El canciller Felipe Solá siguió "minuto a minuto" la evolución del caso y el martes, cuando trascendió la detención del represor, fue a la residencia Olivos para transmitirle en persona las novedades a Fernández.