La situación laboral actual de las mujeres no es ajena a la crisis económica generada por el COVID-19 que continúa golpeando los mercados de trabajo y aumenta la precarización en todos los rubros.

En el caso de las mujeres en América Latina y el Caribe, el desempleo llegó a 22,2% en 2020.

Un nuevo estudio de la comisión económica de la CEPAL explica que la caída del empleo para el género femenino responde a la demanda de cuidados en el hogar. Por esta misma razón, esas mujeres no han vuelto a buscar trabajo.

En este sentido la Comisión Económica para América Latina y el Caribe pide un ingreso básico de emergencia para las mujeres que debieron dejar el trabajo para atender a su familia.

Según los datos de la CEPAL, el nivel de ocupación remunerada de las mujeres retrocedió más de una década como consecuencia de la emergencia derivada del coronavirus.

La tasa de participación laboral de las latinoamericanas y caribeñas fue de 46% en 2020, en tanto que la de los hombres se ubicó en 69% (en 2019 esas cifras fueron de 52% y un 73,6%, respectivamente).

En la investigación sobre el impacto de la pandemia en la autonomía económica de las mujeres, la Comisión también señala que el desempleo de las mujeres llegó al 12% en 2020, un porcentaje que se eleva al 22,2% si se asume la misma tasa de participación laboral de las mujeres de 2019.  

El documento indica que el desempleo femenino disminuye los ingresos de las familias y advierte que, si se toma en cuenta la sobrerrepresentación de las mujeres en los hogares pobres, unos 118 millones de ellas vivirán en situación de pobreza.

Cambio de perspectiva

La secretaria ejecutiva de la CEPAL, Alicia Bárcena, afirmó que la pandemia “ha demostrado la importancia de la economía del cuidado y de la sociedad del cuidado” y pugnó por asistir a las mujeres que debieron dejar sus trabajos para atender sus hogares.

Entre las medidas a tomar para encarar la pandemia, la funcionaria resaltó “el ingreso básico de emergencia para todas las mujeres que tuvieron que salir del mercado de trabajo, así como la protección a todas las adultas mayores con una pensión básica solidaria”, pensión que ya existe en los casos de México y Chile.

Responsabilidad de todos y todas

En ese renglón recalcó que las mujeres no deben ser las únicas responsables de pagar los costos de la sociedad del cuidado. “Es la sociedad toda. Y eso requiere un pacto. Un pacto social y político porque hay efectos multiplicadores”, dijo Bárcena.

Seguir trabajando por la emancipación laboral femenina

La Comisión también subrayó la importancia de la autonomía económica de las mujeres.

“Esa autonomía se logra a partir del empleo, de un empleo con derechos, de un trabajo bien remunerado. El trabajo es emancipador”, aseveró.

Agregó que la CEPAL llama a un cambio de paradigma “donde la política pública se transforme profundamente”.

“Que no tengan que ser sólo las ministras encargadas de los asuntos de género las que deban seguir luchando solas. Se requieren políticas fiscales, industriales, ambientales y, des de luego, que protejan los derechos de las mujeres y, hoy por hoy, que nos hagamos cargo de la terrible pandemia en la sombra que es la violencia”, apuntó.

El estudio asegura que un sistema integral de cuidados podría convertirse en un motor para impulsar la recuperación socioeconómica de la región "inclusivamente".