En su regreso del viaje a Corea del Sur en agosto de 2014, el papa Francisco dijo en tono de broma que su pontificado duraría “dos o tres años… Y después, ¡a la casa del Padre!”, poniendo en alerta a millones de sus seguidores. Al parecer esto motivó la inquietud de un periodista de 'La Nación': “Tengo mis achaques; a esta edad, los achaques se sienten. Pero estoy en manos de Dios”, dijo.

Cabe recordar que a Jorge Mario Bergoglio cuando era seminarista le retiraron, a los 21 años, una porción de uno de sus pulmones, como parte del tratamiento de una posible infección.

Ante Nelson Castro, periodista, columnista del diario Perfil  y médico, en sus diálogos con el Pontífice en su libro “La Salud de los Papas”, Francisco contó que también tuvo una intervención “realmente difícil y riesgosa” cuando era superior provincial de los jesuitas. “Lo que tenía era una gangrena de la vesícula, que afortunadamente fue tomada a tiempo”, sostuvo.

No es novedad que actualmente el pontífice sufra dolores de espalda, quizá  por su sobrepeso que incide negativamente en la compresión del nervio ciático y que le genera problemas para caminar y una cojera que a veces se hace evidente.

En 2019, al Papa lo operaron de cataratas en la clínica Pío XI de Roma. Fue una intervención con láser y anestesia local.