El Dique La Quebrada es uno de los espejos de agua más tradicionales de Córdoba. Su cercanía, está en Río Ceballos, su importancia para dotar de agua potable a gran parte de Sierras Chicas y los atractivos del lugar, lo convierten en un sitio de paseo ideal.

Pero, probablemente esta asombrosa historia sea la menos conocida: ruinas y escombros asociados a una casa familiar que hubo en el lugar descansan en el fondo de este espejo de agua y emergen cuando baja su nivel. Paradójicamente, esa casa, que quedó inutilizable hace cuatro décadas, cumpliría ahora 100 años.

Por primera vez, una de las integrantes de esta familia centenaria de Río Ceballos cuenta esta asombrosa historia, que marcó a Río Ceballos.

VER: La historia de "los Pérez": su casa quedó sumergida en el fondo del dique La Quebrada

Ruinas, escombros y elementos que hablan del pasado

Este testimonio del pasado se encuentra en la zona conocida como Pozo Verde, al que llegan habitualmente el turismo o los visitantes en auto, moto o bicicleta, a través de la Costanera Sur del Dique la Quebrada. La zona es muy conocida porque hay varios atractivos naturales y, caminata mediante, está a pocos minutos de la Cascada Los Hornillos, uno de los saltos clásicos de la zona.

Estas ruinas solo asoman desde el fondo del lago cuando baja su nivel; algo que ocurre año a año durante importantes períodos, en el marco de las dificultades hídricas y la falta de lluvias.

@bernardomonis

Sin embargo, para muchos puede haber pasado inadvertida la historia que hay detrás de estos restos: una casa, con una parrillada para el turismo y hasta un pequeño hospedaje se erigían en el lugar hasta que la construcción del dique los dejó bajo el agua.

El hecho fue muy impactante para la familia que allí vivía y que sigue habitando el lugar, a apenas 300 metros de la casa que quedó bajo el agua. Pero, al mismo tiempo, este hecho dio lugar hacia finales de la década de 1970 a un inesperado atractivo para el turismo y el buceo: una casa que en estado intacto quedó totalmente sumergida. Fue una curiosidad por años.

Una pintura muestra la casa, como era al momento de quedar bajo el agua y de convertirse en atractivo nacional. Imagen aportada por la familia Pérez a Bernardo Monis.
Una pintura muestra la casa, como era al momento de quedar bajo el agua y de convertirse en atractivo nacional. Imagen aportada por la familia Pérez a Bernardo Monis.

Hoy, a cuatro décadas del nacimiento de ese lago, quedan firmes algunos testimonios de ese pasado. Aunque es poco lo que sigue en pie, en el lugar se puede ver casi intacta a una importante cisterna de agua y una losa que hacía de contrapiso, que estaban a la vera del río y permitía el abastecimiento de agua. Cuando el lago baja su nivel, el tanque queda al lado del curso del agua, como en el pasado. Sino, permanece totalmente sumergido.

La cisterna que queda parcialmente en pie, abastecía de agua antes de la existencia del dique y el lago. Foto: Bernardo Monis
La cisterna que queda parcialmente en pie, abastecía de agua antes de la existencia del dique y el lago. Foto: Bernardo Monis

Pero además, hay algunos restos de mampostería, pedazos de losa destruida, hierros, escombros y hasta se han encontrado objetos domésticos, herrajes y otros utensilios, que cada tanto asoman entre los sedimentos. En el lugar han ido varias veces con detectores de metales buscando algún elemento bajo tierra. Y han encontrado más de una sorpresa. Es que más de uno afirma que debajo de los sedimentos, hay más partes de aquellas instalaciones.

Un herraje encontrado en los últimos años, perteneciente a la casa que quedó bajo agua en la década de 1970. Imagen aportada por la familia Pérez a Bernardo Monis.
Un herraje encontrado en los últimos años, perteneciente a la casa que quedó bajo agua en la década de 1970. Imagen aportada por la familia Pérez a Bernardo Monis.
Si uno transita la zona, aparecen más testimonios que hablan del pasado. Foto: Bernardo Monis
Si uno transita la zona, aparecen más testimonios que hablan del pasado. Foto: Bernardo Monis

Pozo Verde, un histórico atractivo turístico, testigo de esta historia

El periodista y vecino histórico de Río Ceballos Juan Valor recordó la historia de este lugar y de aquella vivienda que el lago tapó.

“Pozo Verde es un lugar precioso, un balneario natural que se encuentra en el cauce del río Los Hornillos, afluente del dique La Quebrada”, dice Valor a cba24n.com.ar, al recordar que por décadas fue atractivo principal para quienes elegían ir a vacacionar a Sierras Chicas.

Así es Pozo Verde, el sitio en el que ingresa el río Los Hornillos al Dique La Quebrada. Foto: Bernardo Monis
Así es Pozo Verde, el sitio en el que ingresa el río Los Hornillos al Dique La Quebrada. Foto: Bernardo Monis
El sitio donde se encuentran las ruinas queda totalmente bajo agua cuando el lago está en sus niveles óptimos. Imagen tomada de Google Earth.
El sitio donde se encuentran las ruinas queda totalmente bajo agua cuando el lago está en sus niveles óptimos. Imagen tomada de Google Earth.

Al respecto, rememora que “antes que se construyera el dique había un camino que iba por la zona baja costeando el río y antes de llegar al balneario, el lugar, que tenía también el nombre de Pozo Verde era un restaurante, bar, parrilla y también venta de artículos regionales en el que llegaban los visitantes y contingentes turísticos”, esto último en referencia a la casa que luego quedaría sumergida.

Pero todo cambió cuando llegó la construcción del Dique, algo que ocurrió, después de décadas de proyectos, a mediados de la década de 1970 (la obra culminó en 1976, según recuerda diariosierras.com). La casa quedaría bajo agua y la familia que allí vivía debió abandonarla.

Foto del paredón del Dique La Quebrada en obra. Gentileza de Diario Sierras (extraída de una reseña publicada en "De pueblo a ciudad")
Foto del paredón del Dique La Quebrada en obra. Gentileza de Diario Sierras (extraída de una reseña publicada en "De pueblo a ciudad")

La familia Pérez y el recuerdo del día que debieron dejar su casa para siempre

Fue el matrimonio de Eduardo Pérez y su esposa María Angélica Martín, inmigrantes europeos y vecinos de Villa Allende, quienes empezaron la historia en ese lugar. Fue en el año 1923, según recuerda Silvia Viviana Pérez Gómez, nieta de aquel matrimonio y vecina de este lugar.

Eligieron este sitio y de a poco empezaron a explotar turismo. A una modesta casa le fueron agregando una parrillada e incluso alguna habitación que se ofrecía para hospedaje. Hasta que a comienzos de los años 70 debieron retirarse en función de las obras de construcción del dique que proyectaban efectivamente dejar totalmente bajo agua ese sector.

María del Carmen, hija de los dueños la de casa, tejiendo en telar en la galería de aquella vivienda, con una emblemática publicidad de Crush de aquellos años donde funcionaba la parrillada. Imagen aportada por la familia Pérez a Bernardo Monis.
María del Carmen, hija de los dueños la de casa, tejiendo en telar en la galería de aquella vivienda, con una emblemática publicidad de Crush de aquellos años donde funcionaba la parrillada. Imagen aportada por la familia Pérez a Bernardo Monis.
Una foto familiar al lado de la casa, que en parte tuvo techo de paja y paredes de material. Imagen aportada por la familia Pérez a Bernardo Monis.
Una foto familiar al lado de la casa, que en parte tuvo techo de paja y paredes de material. Imagen aportada por la familia Pérez a Bernardo Monis.

“Vinieron con el proyecto de que iban a hacer este dique y con tiempo nos avisaron que teníamos que irnos del lugar porque iban a comenzar con la construcción”, recordó. "Un día vinieron y nos dijeron que la casa quedaría sumergida para siempre", reflexiona con nostalgia y dolor.

En medio de la tristeza y la confusión que toda esta situación provocó en la familia, decidieron edificar otra casa y la hicieron a unos 300 metros de ese lugar. En este último sitio viven actualmente Silvia y su madre, María del Carmen, y cuentan con asadores, mesas, baños y una proveeduría. Es la “puerta de ingreso” habitual para quienes hacen la caminata hasta la cascada Los Hornillos. 

Aunque con un duelo que probablemente no cierra, no dejan de recordar los años felices de esa casa. Silvia dice con cierta nostalgia que es el lugar en el que cursó su infancia hasta que el terreno fue expropiado y debieron abandonarlo para siempre. Los años no logran borrar el recuerdo de esa casa que muchos recuerdan y que ahora yacen en el fondo del Dique La Quebrada.

Las ruinas que asoman cuando baja el lago, la historia no contada del Dique la Quebrada

La casa quedó bajo agua primero en estado intacto hasta que años después fue demolida

La casa quedó completamente bajo agua y esto motivó un inesperado atractivo para el turismo y el buceo. Por algunos años, distintos curiosos y buzos profesionales se acercaron al lugar. Es que era una novedosa aventura la posibilidad de recorrer por dentro una casa que estaba totalmente bajo agua.

“Cuando se hizo el dique y se estaba llenando, íbamos a la casa y nos tirábamos desde el techo. Y la recorríamos nadando por dentro”, recordó Diego, vecino de La Quebrada. Al rememorar aquellos años en la segunda mitad de la década de 1970, expresó: “Nosotros veníamos a bucear y entrábamos a la casa, que estaba completa. El dique se llenó con la casa entera y nosotros veníamos y la recorríamos por debajo del agua”.

El mismo recuerdo comparte Valor, quien relata con lujo de detalles: “Nos arrojábamos desde la costa, íbamos sumergidos y nos introducíamos en la vivienda y terminábamos saliendo por la chimenea, y de allí nos lanzábamos al agua”.

Sin embargo, admitió además que alguna vez debieron ayudar a alguno que entraba y, al extraviarse por dentro, requería la ayuda de terceros para salir.

La zona de Pozo Verde, sitio que históricamente fue visitado por el turismo, incluso antes de la existencia del dique. Foto: Bernardo Monis
La zona de Pozo Verde, sitio que históricamente fue visitado por el turismo, incluso antes de la existencia del dique. Foto: Bernardo Monis

Algunos memoriosos recuerdan incluso un episodio fatal, que fue el que motivó la definitiva decisión de demoler la casa, reduciéndose a escombros, losas y alguna ruina de menor dimensión. Incluso se hizo lo propio con la cisterna que, parcialmente tapada de tierra, es lo que hoy se puede apreciar en el lugar.

Los sedimentos, el efecto del agua y el paso de los años fue ocultando gran parte de los elementos y escombros que quedaron de la casa. Aquella historia que hoy proponemos no olvidar.

Cómo llegar

El lugar se llama Pozo Verde y es el sitio en donde ingresa el río Los Hornillos al Dique La Quebrada. Sencillamente hay atravesar el paredón y dirigirse por Costanera Sur hasta el final para llegar a este espacio. Es un trayecto de pocos minutos y en muy buenas condiciones para hacer en auto u otro medio de transporte.

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Las fotos actuales fueron tomadas aprovechando la bajante del lago. En tiempos de cotas óptimas, este lugar queda totalmente cubierto de agua.