En su columna en la Crónica Central, Dante Leguizamón explicó que lo ocurrido tras el crimen de Blas se enmarca en un problema cultural que existe en el interior de la Policía de la Provincia y que ese es un problema que sólo se resuelve con cambios en la formación de los efectivos. 

Además relató el antecedente del caso Franco Amaya, asesinado en 2017 por dos policías que provocó la redacción de un protocolo de acción ante controles vehiculares que es justamente el protocolo que debió regir los acontecimientos que terminaron con la muerte de Blas Correas. 

Finalmente, Leguizamón apuntó al poder político asegurando que, si no hay un cambio desde arriba, la situación vivida hoy va a volver a repetirse. “El gobernador y el Ministro de Seguridad intentan escapar de las repercusiones del caso Blas Correas, pero con sólo cambiar nombres, no les va a alcanzar”, aseguró.