Hace 37 años Katy Vidal, una docente que llevaba niños de su barrio a las escuelas donde ella dictaba clases, comenzó con esta tarea sin saber que esta especie de "transporte escolar" sería la piedra fundamental para ir construyendo una empresa familiar.

De a poco, con mucho esfuerzo y trabajo, esos viajes se convirtieron en un ingreso familiar. Como iba creciendo y ya no podía hacerse cargo sola, Katy invitó a su hermano José, que era chofer del transporte urbano, a sumarse a la iniciativa.

Y así fue como, de tener un pequeño ómnibus escolar, saltaron al rubro turístico. Compraron un colectivo más grande y lo inscribieron en la provincia para trabajar como empresa de viajes. Posteriormente, y con la adquisición de más vehículos, pudieron hacerlo en la Nación y la empresa se transformó en el principal sustento económico de cinco familias: la de Katy, la de José, y la de sus hijos Norberto, de 44 años con 2 hijos, la de Cecilia, de 40 años sin hijos y la de Carolina y su esposo, ambos de 36 años, con dos hijos de 8 y 5 años.

En plena expansión, Katyana comenzó a realizar viajes a los destinos turísticos más conocidos de Argentina, desde el norte hasta el sur del país; también trasladaba contingentes de estudiantes y jubilados a distintas provincias, y en el verano, viajaban a Brasil, Uruguay y Chile hasta que la pandemia les cambió la vida.

De siete ómnibus, se quedaron con cinco que no pueden vender por el contexto económico
De siete ómnibus, se quedaron con cinco que no pueden vender por el contexto económico

El cachetazo de la pandemia 

Carolina, quien por estos días participa de las protestas de los transportistas privados en Córdoba, contó a cba24n.com.ar  que los más jóvenes de la familia tomaron la conducción de la empresa familiar: "Hoy mi papá y mi tía, por la edad que tienen, no pueden estar al frente de la Katyana. Y nosotros tomamos la posta"

Desde el lugar de la protesta, Carolina contó que hoy por hoy no tienen otra salida que manifestarse y luchar por salir adelante, en un contexto de pandemia mundial que hizo trizas el esfuerzo de tantos años.

"Estamos defendiendo nuestra fuente de trabajo y la de unos 20 empleados, que son los que quedan de los 35 que teníamos", cuenta Carolina con angustia.

"La provincia nos permite trabajar, pero la Nación no. Y nuestra actividad está parada al cien por ciento. Como son ómnibus de gran porte, el mayor trabajo es a nivel nacional", y con las restricciones implementadas por la segunda ola de coronavirus, no pueden hacer ningún tipo de viaje.

"Pero no somos los únicos; nosotros hemos tenido que vender dos de los siete colectivos que teníamos, y no vendemos más porque nadie los quiere. Pero hay muchos transportistas que no han logrado sobrevivir a la pandemia: perdieron todo, o están quebrados", indica Carolina a cba24n.com.ar. 

"Los que hasta hoy sobrevivimos, lo hacemos reduciendo nuestro capital, lo que implica ir dejando gente sin fuente de trabajo, porque cuando yo vendo un ómnibus tengo que dejar al chofer sin trabajo. Además, estamos comiéndonos los pocos ahorros que teníamos, pero ya no damos más, no podemos más", dice con amargura.

"Nosotros somos una empresa mediana. En general, en este rubro del turismo, no hay grandes empresas de transporte turístico: somos pymes" indica, por lo que no tienen espalda para seguir soportando la crisis que trajo la pandemia mundial.

Carolina Vidal - Transporte Turístico by cba24n.com.ar

Reconvertidos:

En los meses más cerrados de la cuarentena se "reconvirtieron" como pudieron: "trabajamos en el taller, donde hacíamos el mantenimiento de los ómnibus, mecánica de autos, lavado, pintura..pero lamentablemente eso no da para solventar el sueldo de otras 20 personas que necesitan trabajar", cuenta, en referencia a los empleados de la empresa. 

Qué pasó con la ayuda del gobierno:

"Nación lo único que nos dio en los primeros 9 meses que estuvimos parados fue un ATP (Asistencia al Trabajo y la Producción) que en un principio era el 50% del sueldo de los empleados, que no era el 50% del sueldo real del sueldo, porque redujeron los sueldos con los gremios al 75%, entonces era el 50% de ese 75. Después lo redujeron aún más, porque decían que los fondos no alcanzaban, y finalmente nos terminaron dejando con un REPRO (Programa de Recuperación Productiva) de 9 mil pesos. Hoy nadie vive con 9 mil pesos...", comenta Carolina con angustia.

De 35 trabajadores que tenían a su cargo se quedaron con 20. "Tuvieron que empezar a "reinventarse" para poder vivir, para darle de comer a sus familias", indica la mujer. "Algunos trabajan como remiseros, otros hacen changas, y algunos se han ido a descargar camiones al Mercado (de Abasto)  por mil pesos" indica.

La empresa familiar realizaba viajes turísticos a todo el país, y en verano a países limítrofes.
La empresa familiar realizaba viajes turísticos a todo el país, y en verano a países limítrofes.

"Hoy no hay un mercado donde reinsertarse, salvo los larga distancia que siguen trabajando, y de ahí nuestra protesta, porque ellos pueden seguir trabajando, transportando gente igual que nosotros", dice Carolina.

El pedido a las autoridades: 

"Lo que estamos pidiendo es que nos dejen trabajar para que podamos reactivarnos de a poco, o que la Nación y Provincia -porque queremos que el gobierno provincial también se haga cargo, ya que nosotros tributamos a la provincia también- del sueldo del personal. Que nos den una ayuda real. Porque la Nación nos dio un ATP, pero la provincia en 9 meses nos dio un bolsón con un paquete de arroz, un paquete de fideos, una bolsa de azúcar y una botella de aceite", señala la mujer. "Tampoco nos liberaron de ningún tipo de impuesto, tasas, de absolutamente nada", sostiene.

"Yo cobro un sueldo como cualquier empleado, soy administrativa, mi marido también trabaja en el transporte, no llega a cobrar el 75% de su sueldo: 40 mil pesos, mi Repro es de 9 mil, tengo un crédito UVA de más de 25 mil pesos por mes, me quedan 15 mil para darle de comer a mis hijos, para subsistir todo el mes, solamente en comida", cuenta la mujer. 

"Perdí mi auto, y mi marido su moto, para poder pagar la cuota del crédito UVA que tenemos , ya nos comimos los ahorros para pagar las cuotas, y si no pagamos, pierdo mi casa", concluye Carolina apesadumbrada.