La pandemia por el coronavirus dejó a millones de personas en el mundo sin sus fuentes de trabajo, pero también deterioró la calidad de vida de quienes lo preservaron. Y Argentina no es la excepción: en 2020, casi un tercio de los trabajadores (27,4%) se encontró en situación de pobreza. Los que más impacto sufrieron fueron los empleados informales, quienes trabajan en la marginalidad, y por otro lado las mujeres. Como si todo esto fuera poco, en los últimos tres años un trabajador perdió 18,8% de poder adquisitivo.

“Un trabajador pobre es una contradicción en sus términos. Existe la idea de que, si trabajas, no sos pobre, lo cual en Argentina no ocurre ”, aseguró a Ámbito Santiago Poy, uno de los autores del trabajo “Efectos de la Pandemia sobre la dinámica del trabajo en la Argentina Urbana ”, publicado por el Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA).

“Hay un fenómeno estructural de entre 15-20% de trabajadores que son pobres, pero desde 2017 comienza a agravarse. Por la inflación y la pérdida de capacidad de compra, hay un nuevo fenómeno, y es que cada vez es mayor la incidencia de trabajadores formales que son pobres ”, detalló el investigador.

Un trabajador pobre es aquel que tiene una ocupación, trabaja (más allá de si lo hace por su cuenta, o es asalariada, en el sector formal o informal), pero vive en un hogar pobre, con ingresos que no alcanzan a cubrir la canasta básica total.

Foto ilustrativa gentileza
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Según la investigación de la UCA en 2010 el 17,7% de los trabajadores era pobre. El número bajó y para el 2015 se ubicó en 15,7%. A partir del 2016 comenzó a subir, bajó en 2017, y desde el 2018 “marcó un punto de inflexión”. Con la crisis cambiaria del 2019, se disparó hasta llegar al 27,2%,  y en el año de la pandemia, se mantuvo en 27,4%.

En nueve años se incrementó en casi un diez por ciento la cantidad de trabajadores que cayeron en la pobreza.

De acuerdo al informe, la caída en el poder adquisitivo de los trabajadores entre 2017 y 2020 llegó a un 18,8% a causa de la inflación. En consecuencia, en 2017 el 6% de los trabajadores del sector formal privado eran pobres, mientras que esa cifra se triplicó en el 2020, llegando al 18,5%.

La caída del ingreso:

Según la UCA, el ingreso laboral mensual pasó de $ 42.828 a $ 33.257 en pesos constantes entre el 2010 y el 2020, por lo que en una década la pérdida del poder adquisitivo fue del 22,3%. Las mayores pérdidas se dieron en los sectores informales (-28,6%), luego en el sector público (-17%) y finalmente en el privado formal (-13,8%). En el sector informal, el ingreso en 2020 fue $ 21.475, mientras que en el privado formal fue $ 46.101.

Sobre las causas que explican el crecimiento de trabajadores pobres desde el 2017, Poy señaló que “aumentan porque aumenta la pobreza en general en los hogares, pero además el mercado de trabajo es el canal transmisor, porque los trabajos no logran reunir los ingresos para que alcancen a cubrir las necesidades de consumo ”.

Los mayores incrementos de trabajadores en hogares pobres se dieron en el conurbano bonaerense, (+16,7 pp), mujeres (+12,5 pp) y con secundario incompleto (+15,2 pp).

La cantidad de trabajadores pobres se mantuvo prácticamente sin cambios entre 2020 y 2019 por dos motivos: por un lado “La acentuación del papel de las transferencias por programas sociales”, describe la UCA, como el IFE o la Tarjeta Alimentar. Si no se hubieran llevado a cabo estas transferencias, la cantidad de trabajadores pobres hubiera trepado al 35,1%. El segundo factor deriva de las restricciones a circular. Con la cuarentena, hubo trabajadores que pasaron de ser ocupados a "inactivos", por el desaliento a buscar trabajo. Sin este fenómeno, el desempleo hubiera trepado al 28,5%, indica el trabajo de  la UCA.

Con información de Ámbito