Sin romper la veda, viendo de dónde venimos, capaz que sepamos a donde ir.

En la Argentina ultraliberal del primer centenario, había dos corrientes de

ideas: la de Rivadavia y Mitre y la del nacionalismo popular latinoamericano

de Dorrego, Alberdi y Manuel Ugarte. Contra estos últimos se unían “La

Vanguardia” (marxista) “La Protesta” (ácrata) y “El Pueblo Católico” además

de “La Prensa y “La Nación”. Y el “Dogma Socialista”, tras ensalzar los

principios revolucionarios de 1789, libertad, igualdad, fraternidad, afirmaba

que “el sufragio universal es absurdo”, pues la democracia” no es el

despotismo absoluto de las masas, ni de las mayorías”

Una década después, nacía “Esa mujer” según Rodolfo Walsh, ”Santa Evita”

según Tomas Eloy Martínez, una grande que cabe (nos hace caber)en una sola

frase: “Donde existe una necesidad nace un derecho.”

En la semana de su centenario, Atilio Borón señaló que sólo evitaría la

profundización de la grieta que viene del fondo de la historia una fórmula

que uniera a los dos grandes partidos políticos nacionales aunque ambos

hayan perdido (in)ciertas veces el rumbo en caminos sin salida…casi…

Borón no es ni peronista ni radical, lo que garantiza su honestidad

intelectual, por si su vasta e impecable trayectoria no bastara.

Algunos dicen que ciertas cosas son de manual. Yo prefiero pensar que son

de libro. Porque así como hay libros que se venden con dos portadas,

sintetizando su ambivalencia, otros duplican su potencia-

Aún no escrito, diría, alpargatas si, libros también.

Una síntesis.

Sinceramente.