Un taxista fue condenado a ocho años de prisión por robarle la jubilación a un pasajero de 91 años. La decisión fue adoptada por la Sala I de la Cámara en lo Criminal y Correccional de 6° Nominación de la ciudad de Córdoba.

El tribunal declaró a Maximiliano Andrés Peralta, autor del delito de “robo doblemente calificado por el resultado lesivo y el uso de arma impropia, en concurso ideal”.

En la sentencia, el camarista Enrique R. Buteler consideró como agravante la calidad de adulto mayor de la víctima y el aprovechamiento de esta situación por parte de la del autor del delito. En ese sentido, destacó la asimetría de fuerzas existentes entre el agresor, de 34 años de edad, y el agredido, de 91. También, “el carácter inicialmente engañoso y sorpresivo del ataque”.

Asimismo, agravó la pena que fuera el propio chofer del taxi quien cometió el delito. “Se trata de un trabajo en un servicio público de pasajeros al que la población recurre para transportarse, no solo de manera más cómoda y veloz (que a pie o en colectivo), sino también, en forma más segura”. Y destacó que, los adultos mayores dependen  con más frecuencia de estos medios de transporte público.

Los hechos. Peralta condujo a Adolfo Mario Romero desde la intersección de las calles 25 de Mayo y Rivadavia hasta barrio Maldonado, en la ciudad de Córdoba. Antes de ingresar en la calle Cuba, detuvo la marcha del rodado y le indicó a su cliente que no podía continuar porque el camino era de tierra.

Cuando la víctima se dispuso a descender del vehículo, el chofer le arrebató una bolsa que contenía el dinero de su jubilación, que acababa de cobrar. A continuación, reanudó de inmediato su marcha, lo que produjo que el damnificado se cayera. Pese a ello, alcanzó a sujetarse del asiento trasero del vehículo.

El acusado, lejos de detenerse, continuó acelerando y arrastró al jubilado por unos metros. Mientras lo hacía y para deshacerse de él, tomó un palo de madera y le efectuó varios golpes en las manos hasta hacerlo caer al suelo. Todo ello le produjo lesiones que pusieron en peligro su vida.

El jubilado murió tres meses después de estar internado por una sucesión de problemas de salud. Sin embargo, los médicos descartaron la relación de causalidad con el riesgo a la vida originado en las lesiones ocasionadas con el ataque.

Fuente: justiciacordoba.gob.ar