El cura Julio César Grassi, condenado a 15 años de prisión por abuso sexual y corrupción de menores, pidió el beneficio de la prisión domiciliaria argumentando el riesgo de contagio de coronavirus.

El religioso, de 63 años, permanece recluido en el penal de Campana, donde ya se registró un caso de la enfermedad en un guardiacárcel. Además, aseguró que sufre problemas respiratorios.

Grassi aún tiene que cumplir once años de pena, en parte por la condena por abuso sexual y corrupción de menores. Asimismo, se le sumó otra sentencia a dos años por malversación de fondos de la fundación "Felices los Niños".

También será juzgado por tercera vez por desviar hacia la cárcel donaciones que eran para la fundación.

Críticas

El abogado querellante Juan Pablo Gallego dijo al canal TN que la sentencia contra Grassi "está firme" y que "no hay motivo para que un violador salga a la calle".

El letrado advirtió que Grassi "en pocas horas podría estar dando misa, porque la Iglesia no lo sancionó". 

Gallego recordó que el cura tiene condena confirmada por la Corte Suprema de Justicia, y apuntó que la pena debería estar controlada por uno de los dos juzgados de Ejecución Penal del distrito.