La firma BTR Consulting, presentó el informe “Violencia de género digital. El efecto sutil, profundo y anónimo de la tecnología”. Del estudio se desprenden cifras preocupantes sobre el nivel de acoso que sufren fundamentalmente las mujeres en redes sociales y que detallamos en este episodio de Vamos al Móvil.

Las diferentes formas de ejercer el ciberacoso limitan la libertad, generan relaciones desiguales y provocan una dominación del acosador sobre la víctima mediante estrategias humillantes que dañan su imagen pública y afectan a su privacidad.

Para detectar si se está produciendo violencia digital los especialistas instan a prestar especial atención a los siguientes signos:

Espiar el dispositivo de otra persona y/o exigir que envíe su geolocalización. Según el relevamiento, el 29% experimentó el uso de software espía o localizadores GPS en su teléfono o computadora por parte de un tercero.

Acosar a alguien mediante el dispositivo. Como ejemplos, mencionan la tendencia al abuso en redes sociales como Facebook, IG, TikTok o Twitter; y compartir fotos o videos íntimos sin consentimiento de la otra persona.

Controlar lo que hace alguien en las redes sociales. El abuso doméstico on line puede incluir comportamientos como el monitoreo de perfiles de redes sociales o correos electrónicos. 

Además mencionan otras manifestaciones de “toxicidad”: obligarla a que envíe imágenes íntimas, ponerla en compromiso para que facilite sus contraseñas, enojarse por no obtener siempre una respuesta inmediata, interferir en las relaciones que tiene con otras personas, obligarla a que muestre una conversación privada.

Desde la consultora afirmaron que, para la mitad de las personas encuestados, el abuso on-line que experimentaron no solo implicó amenazas directas para ellas sino además para alguien que conocían. Casi un tercio de quienes habían recibido amenazas afirmaron que cuando una pareja o expareja las había hecho on line, estas finalmente se concretaron en el mundo real.