En el marco de su viaje a Roma para participar de la cumbre del G-20, el presidente Alberto Fernández se reunirá con la titular del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva para continuar negociando las condiciones de un posible acuerdo por el pago de la deuda de más de 44 mil millones de dólares contraída por el gobierno de Macri en 2018.

El primer mandatario viajará acompañado del ministro de Economía, Martín Guzmán, el ministro de Relaciones Exteriores, Santiago Cafiero y el Secretario General de la  Presidencia, Julio Vitobello, y mantendrá la segunda reunión con la directora del organismo financiero internacional, con quien ya había tenido un cónclave en mayo pasado, en la misma ciudad italiana.

La reunión será luego de las conversaciones llevadas adelante hace poco más de una semana en los Estados Unidos, por Guzmán y el equipo económico con autoridades del Fondo, inversores y representantes del gobierno de ese país, para lograr el apoyo en la negociación.

Cabe recordar que el Gobierno Nacional viene reclamando en distintos foros internacionales una baja en las sobretasas que cobra el organismo y una extensión de los plazos de pago y ha recibido el apoyo de distintos países que integran el directorio.

El propio G-20 emitió un comunicado firmado también por Estados Unidos, en el que agradece al FMI "su actualización sobre la política de sobrecargos y esperamos con interés seguir debatiendo en el Directorio Ejecutivo del organismo en contexto de la revisión interina de los saldos precautorios".

El documento, que lleva la firma de la titular del Tesoro de Estados Unidos, Yanet Yellen, país que tiene una representación decisiva en el FMI, pide al organismo que "establezca un nuevo Fondo de Resiliencia y Sostenibilidad (RST, por sus siglas en inglés) -en consonancia con su mandato- para proporcionar financiación asequible a largo plazo para ayudar a los países de bajos ingresos, a los pequeños Estados en desarrollo y a los países vulnerables de ingresos medios a reducir riesgos futuros para la estabilidad de la balanza de pagos, incluidos aquellos derivados de las pandemias y el cambio climático".

El apoyo de Estados Unidos al documento del G-20 no es un dato menor, teniendo en cuenta que su voto en el directorio del FMI es crucial ya que cuenta con el 16%, el mayor porcentaje a la hora de emitirlo y además es el único país que tiene poder de veto.