La camiseta de Costa Rica tiene preeminencia del rojo, pero también algo de azul y blanco, como su bandera. 

Y eso que aquí el fútbol estuvo prohibido en una época. 

En 1931 en Costa Rica se estaba cerrando un ciclo que había comenzado hacia 1880 y que pretendía “civilizar” a la sociedad con valores occidentales y cristianos. 

Una sociedad mestiza, como todas las nuestras. 

Allí se mezclaban europeos, con pueblos originarios y afroamericanos. 

Pero el discurso oficial era que Costa Rica era “blanca”. 

Por otro lado, el país vivía los coletazos del crack financiero de 1929, como todo el mundo. Desocupación, pobreza, pero también lucha. Ese año se fundó el Partido Comunista Costarricense. 

En este contexto, el fútbol venía haciendo su recorrido desde 1899. 

Ganaba terreno en todos los estratos sociales, principalmente entre los obreros. 

Y las organizaciones sindicales y políticas no sólo buscaban la formación de los trabajadores, sino que también usaban el fútbol como forma de relacionarse y cuidar la salud. 

Hasta que el 8 de mayo, un decreto del Ministerio de Educación prohibió el fútbol. Decía textualmente que no se autorizaba “esa fiebre deportiva que ha cundido entre jóvenes y niños, hasta el extremo de que pierden en el fútbol horas enteras que podrían aprovecharse en labores que dan rendimiento económico”.

Por suerte duró muy poco la prohibición, si no, no tendríamos a esta camiseta en el mundial.