Celina Hafford, es magister en museología y es la co-curadora de la muestra “Primuras de un jardín desmesurado” con la que se festejan los 80 años del Museo Genaro Pérez, ubicado en la señorial casona de Av. General Paz 33.

Con ella conversamos acerca de esta exposición inaugurada recientemente. 

“Fue un proceso largo y placentero” explica sobre el trabajo de selección de las obras a exponer. “En el trajín hay mucho desorden, mucho por hacer”, continúa. Este proyecto fue una coincidencia de alegrías".

Relata que les gustó mucho trabajar en equipo con quienes están en el museo porque son los que realmente habitan la casa, son los que conocen con minucias la gran colección de más de 900 obras que está expuesta en su mayor parte en el museo.

Postales de una inauguración soñada (Foto S.Curto)
Postales de una inauguración soñada (Foto S.Curto)

El porqué del título

“Primuras de un jardín desmesurado” marca un tono barroco desde el principio, sabíamos que íbamos a tener los espacios atiborrados de cuadros. Aquí la obra es tan desmesurada que la intención era atender a los detalles. En cada sala, además hay guiños, como un arreglo floral en cuadros, hay guiños para los niños con los bocetos de las figuras urbanas de Seguí, en cada sala hay un paisaje. Hay muchas capas en esta muestra: el museo cumple 80 años y la ciudad cumple 450" fundamenta Hafford.

Todas las salas rebosan de obras notables (Foto: S. Curto)
Todas las salas rebosan de obras notables (Foto: S. Curto)

La casa donde habita el museo 

Y continúa contando: “Este museo funciona en una casa, cuyos planos fueron comprados en París, porque al dueño le gustó el diseño, es una casa esquina que está plantada en el centro de una manzana, por lo tanto juega con esa idea de jardín exterior, pero cuando se convierte en museo, el jardín pasa al interior y son todas estas obras. Son esas primuras que tienen sentido para cada época en que fueron realizadas o adquiridas y que son resignificadas por las generaciones siguientes”.

Una ciudad en capas, para descubrir en cada sala del Museo.
Una ciudad en capas, para descubrir en cada sala del Museo.

Dar lugar al “Ojo deseante”

"Quisimos que el museo en estos 80 años, abandone esa lógica erudita que está planteada en los imaginarios, si bien ya sabemos que ahora los museos no funcionan así, quisimos dar lugar al "ojo deseante", para entrar, ver, descubrir, maravillarse, deslumbrarse, sin presentar las obras en jerarquías".

“No hay una historia del arte, no hay cronología de autores, no hay una organización de acuerdo a cómo se cataloga un inventario en forma profesional, sino que hemos generado una narrativa que puede o no ser interpretada por el visitante pero que no es necesario interpretar para disfrutar la muestra”.

“Jugamos con muchas sutilezas y trabajamos para que tanto hombres autores como mujeres autoras estén expuestas; cada vez que hemos necesitado componer un conjunto, los depósitos del museo nos proporcionaron las obras necesarias”.

Detalles que se suman a la colección permanente del Museo
Detalles que se suman a la colección permanente del Museo

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Ciudades superpuestas

Nos inspiramos en “Las ciudades invisibles” de Ítalo Calvino donde encontramos un diálogo entre Marco Polo y el gran Kan de China, quien le pide que describa Venecia y Marco Polo describe ciudades magníficas, diversas, diferentes.  El autor las organiza como ciudades de los ojos, de los deseos, de los signos, de los nombres, de los muertos. Finalmente El Kan increpa a Marco Polo porque quiere que le hable de Venecia a lo que Marco Polo responde que siempre estuvo hablando de Venecia. Estas ciudades superpuestas se parecen a la nuestra, reflexiona la curadora.

“A mí me interesaba que las salas se conviertan en todas las ciudades que estos creadores cordobeses, enormes, grandiosos, sensibles, poderosos, inquietantes, ominosos en algunos casos, han logrado dejar como huella en este museo que es uno de los más queridos de la ciudad”.

Esta muestra es una invitación a recorrer la casa con detenimiento, descubriendo sus tesoros.
Esta muestra es una invitación a recorrer la casa con detenimiento, descubriendo sus tesoros.

Todos somos capaces

“La idea es recorrer estas salas, animarse a encontrar esos guiños, pero sobre todo animarse a encontrar lo que somos capaces de ver, todos somos capaces de ver algo. No hay aquí una jerarquía para encontrar la obra más relevante, todas las obras conviven entre sí, por algo entraron en algún momento al museo. Es la preocupación y el interés de detenernos en los detalles”.

“Queremos lograr que un visitante se sienta anfitrión de la casa, que pueda recorrerla, que pueda ser parte porque el patrimonio es éso: dar lugar para el acuerdo o el disenso, pero ambas nos vuelven parte de lo que estamos participando”.

“El texto curatorial está enmarcado para ayudar al visitante no es una catedral de la verdad sino que es una narrativa construída y ahí la posibilidad del disenso”.

"Queremos que el visitante se sienta anfitrión al recorrer la muestra" Celina Hafford (Foto: Bitácora de Vuelo)
"Queremos que el visitante se sienta anfitrión al recorrer la muestra" Celina Hafford (Foto: Bitácora de Vuelo)

Palabras de poetas 

“Nos interesaba tener entre las obras, las palabras de poetas cordobesas y cordobeses que, aunque no pedí permiso, dice Hafford quienes lo vieron se mostraron conformes con la selección”.

Finalmente la curadora pone énfasis en mencionar el enorme trabajo cuidado, preciso, realizado por el otro curador: Matías Factorovich, quien tuvo que hacer una selección muy difícil de obras para la zona de la escalera por ejemplo, quien lo vea apreciará la poética de esa tarea. También agradeció a todos los equipos, a la Directora del Museo Sol Mosquera, montajistas, productores, diseñadores, la gente de limpieza, de admnistración, de seguridad. Fue un trabajo extremadamente colectivo y hermoso, asevera Celina.

Poetas y pensadores de aquí y de allá agregan valor al recorrido.
Poetas y pensadores de aquí y de allá agregan valor al recorrido.

Un anécdota emotiva:

“El curador tiene una tarea importante en un museo, todos esperan sus ódenes, sus decisiones, En este caso, pedimos a cada una de las personas que trabaja en el museo que debía buscar en el depósito su obra preferida y ubicarla en la sala correspondiente de acuerdo a la consigna de cada una de ellas”, cuenta. 

“Quiere decir que cada uno de los empleados del museo tiene una obra colgada en la pared, de la forma que ellos eligieron de la forma que ellos deseaban. Ahí está el amor y el logro de esta muestra porque es una mirada colectiva de los muchos que hacemos o representamos a la ciudad de Córdoba dentro del espacio del Museo que es también un jardín y que es también una casa habitada”, finaliza emocionada Celina Hafford.

La muestra se puede visitar de martes a domingos incluso feriados y fines de semana, de 9 a 19 en General Paz 33. 

Escuchá aquí la nota completa reazada en Radio Universidad Nacional de Córdoba, en el programa “Susana y amigos” sábados de 9 a 12 hs.

Susana con Celina Hafford