Anne-Sophie y Léa, fundadoras del proyecto, eran plenamente conscientes de los problemas ambientales asociados al exceso de embalajes y se propusieron lograr una solución eficaz para reducir la cantidad de residuos generada por el comercio electrónico. El primer hijo de esta feliz familia llegaría nueve meses más tarde y lo bautizaron Hipli.

En apariencia, es apenas una bolsa de polipropileno diseñada para el transporte de artículos textiles y otros objetos livianos. Pero el truco está en el valor agregado: protege frente a la humedad, es ultraliviana para minimizar el impacto ambiental y es suficientemente flexible para adaptarse a la forma del contenido, disminuyendo el volumen que ocupa la carga.

Con el tiempo diversificaron y el primer producto, la bolsa reutilizable, comenzó a producirse en tres tamaños distintos, todos ellos reutilizables, plegables y reparables, para adaptarse a las distintas necesidades del comercio electrónico.

Recientemente, la firma lanzó un embalaje rígido más pequeño, hecho también de polipropileno y, por supuesto, reutilizable, para el transporte de productos más frágiles como, por ejemplo, los cosméticos.

"No me tires", "Retornar al remitente" y "Envase reutilizable y responsable" son las apelaciones de los embalajes retornables Hipli. Imagen: hipli.fr
"No me tires", "Retornar al remitente" y "Envase reutilizable y responsable" son las apelaciones de los embalajes retornables Hipli. Imagen: hipli.fr

El truco está en el reuso

El nuevo paradigma de Economía Circular tiene como prioridad, naturalmente, usar y consumir menos. Pero para las cosas que se consumen, se advierte que reusar un producto casi siempre es ambientalmente más saludable que reciclarlo. Y reciclar, claro, es mejor que descartar.

Por eso Hipli fue concebido desde su origen como una solución circular. La principal virtud del producto reside en que también han organizado un servicio de regreso. Después de recibir el producto, se invita al receptor a doblar la bolsa, siguiendo las instrucciones indicadas en el propio empaque, hasta el tamaño de un sobre normal. La bolsa tiene preimpreso el franqueo y el domicilio de destino por lo que basta con ponerla en cualquier buzón (Francia todavía tiene una compañía nacional con buzones en las esquinas) o depositarla en un punto de recogida para enviar el Hipli de regreso a Le Havre.

Cada sobre que regresa es sometido a un proceso de revisión, limpieza, desinfección y, si es necesario, reparación, para finalmente reincorporarlo al circuito de distribución, donde será utilizado para nuevos envíos.

Y al final, se recicla

Un estudio independiente constató que un mismo empaque puede realizar casi cien trayectos de ida y vuelta, en un período que tomaría hasta ocho años de servicio, yendo y volviendo fielmente hasta su hogar. El estudio estimó que, en ese ciclo, se ahorran unos 25 kilos de residuos y se reducen las emisiones de carbono en un 83%, comparado con una caja de cartón o un sobre de embalar desechable del mismo tamaño. 

Por este motivo, el impacto medioambiental de un Hipli es inferior al de un embalaje de cartón, a partir ya de su segunda utilización. Pero, todo concluye al fin, el ciclo de vida de estos envases también es finito y por eso, para cerrar el círculo, la empresa desarrolló acuerdos de colaboración con dos empresas de reciclaje francesas que se encargan de procesar los embalajes cuando llegan al final de su vida útil.

Los desafíos

Más de 140 marcas han optado ya por usar los embalajes Hipli para sus envíos. Pero el éxito del proyecto no depende exclusivamente del retorno económico que produzca: la cuestión central es si los consumidores pondrán su parte, garantizando el retorno de los envases a su origen.

En palabras de las creadoras del proyecto, “nuestra gran fortaleza, es nuestra gran debilidad: los empaques tienen que ser reutilizados”, por eso cada empaque individual cuenta con chip que permite registrar las veces que fue reutilizado y también permite controlar la tasa de reutilización global.

Al momento de escribir esta nota, la web de Hipli informa que la reutilización de sus envases está en 89%, un enorme logro que pone de manifiesto cuestiones que reflejan diversos estudios: las personas están ávidas de iniciativas que les permitan hacer su parte en el cuidado ambiental.