Más de 1.200 detenidos tras los inéditos sucesos desarrollados el domingo en la Explanada de los Ministerios y el predio que contiene el Congreso Nacional, el Supremo Tribunal de Justicia y el Palacio del Planalto, sede del Ejecutivo. 

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Los manifestantes coparon Brasilia, exigiendo una intervención militar para derrocar a Luiz Inácio Lula da Silva, quien tomó posesión hace una semana, en una ceremonia histórica. La jornada del último domingo no resultó ser menos “histórica”. 

Desde el Gobierno y las fuerzas de seguridad buscan a cada uno de los participantes y esperan dar con quienes financiaron traslados, comidas y logística. 

Se conoció este lunes que el expresidente Jair Bolsonaro fue internado en Orlando, Estados Unidos, por "fuertes dolores abdominales". Lula lo tildó de "genocida" en repetidas oportunidades durante la conferencia que brindó tras el ataque. Foto: Ueslei Marcelino / Reuters.

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La presidenta del Supremo Tribunal Federal, Rosa Weber, al comentar los destrozos en el edificio de la máxima corte, aseguró que los jueces "no se intimidarán y actuarán para sancionar a los terroristas". 

Cristales destrozados en el interior del Congreso Nacional. Aún no fue detallada la pérdida material. Foto: Adriano Machado / Reuters.

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La última noticia, conocida en la tarde del lunes, dio a conocer que Jair Bolsonaro fue internado en Estados Unidos -donde se aloja desde antes de terminar su mandato- por "fuertes dolores abdominales". El exmandatario brasileño se encuentra en el hospital AdventHealth Celebration ubicado en Orlando, Florida.

Muebles y mobiliario fue lanzado desde las ventanas. Foto: Ueslei Marcelino / Reuters.

En la cobertura especial realizada por este medio el día de la asunción presidencial manifestábamos que uno de los principales desafíos del gobierno entrante sería encontrar una solución política a la violencia interna y los excesos de la ultraderecha.

Un trabajador evalúa el estado de un ventanal en el Palacio del Planalto. Foto: Ueslei Marcelino / Reuters.

Ventanas y vidrios rotos, mobiliario destrozado, personas encapuchadas por los pasillos de las principales instituciones del país: panorama similar a la toma del Capitolio de los Estados Unidos. Lula da Silva dio la orden política de dar con quienes “financiaron” el ataque. 

En la escena de un crimen, dos personas evalúan daños en la sede presidencial. Foto: Ueslei Marcelino / Reuters.

"Las manifestaciones pacíficas, en forma de ley, son parte de la democracia. Sin embargo, las depredaciones e invasiones de edificios públicos como las ocurridas hoy, así como las practicadas por la izquierda en 2013 y 2017, escapan a la regla", dijo Bolsonaro al cierre del domingo en su cuenta de Twitter.

El cuadro dañado del senador Renan Calheiros (centro, abajo) junto al del expresidente brasileño Jose Sarney (abajo, segundo por la izquierda). Foto de Carl De Souza / AFP.

El interior del Congreso, el Supremo Tribunal Federal y el Palacio del Planalto fueron desocupados luego de una operación que contó con la tropa de choque y el lanzamiento de gases lacrimógenos desde helicópteros, convirtiendo a Brasilia en una plaza de guerra.

Muebles dañados frente al Palacio del Planalto. Foto: Adriano Machado / Reuters.

En una medida rápida, anunciada en conferencia de prensa, Lula decretó la intervención federal por un mes de la seguridad de Brasilia. 

La furia Bolsonarista destrozó las instituciones democráticas. Foto: Adriano Machado / Reuters.

A media mañana de este lunes, el medio brasileño O'Globo informó que el número de apresados fue actualizado en 1.200.

El retrato de un político brasileño vandalizado en el Congreso Nacional de Brasil. Fueron miles las personas que irrumpieron en los despachos y pasillos. Foto: Carl De Souza / AFP.

Fotos: Reuters y AFP vía El País.