Perú se despierta estos días asolado por el nuevo coronavirus: tiene más de 47 mil casos, más de 1300 muertes declaradas y, junto a Ecuador,  es uno de los dos países latinoamericanos con tasas de contagio por habitantes equiparables a las europeas.
Pero los titulares de hoy se los lleva la hija del ex presidente Fujimori, Keiko, que acaba de ser puesta en libertad bajo fianza luego de tres meses de detención por su alegada participación en el esquema de sobornos en la obra pública de la empresa Odebrecht.  

Vestida con chaqueta gris y jeans, abordó un taxi rumbo a su casa, cuatro días después del fallo del tribunal que le concedió la libertad bajo fianza. Previo a su salida, Keiko, de 44 años, anunció en Twitter que al llegar a su casa en el este de Lima se sometería a pruebas de descarte del coronavirus antes de reunirse con sus dos hijas. "Lo primero que voy a hacer después de salir y llegar a mi casa es realizarme una prueba molecular, con el objeto de no poner en riesgo a mi familia. Hemos decidido que mientras no tengamos el resultado de esa prueba, no voy a poder reunirme con mis hijas", tuiteó. 
Canales de televisión mostraron que afuera de su casa la esperaba una persona de un laboratorio privado para tomarle las pruebas de covid-19. Un tribunal de apelaciones le concedió el jueves la libertad bajo fianza de 20.000 dólares a la dos veces candidata presidencial, pero le prohibió convivir con su marido, el estadounidense Mark Vito Villanella, debido a que ambos están en investigación en la misma causa.