Años anteriores a la presidencia de Donald Trump, se escuchaban ecos lejanos de una guerra civil en los Estados Unidos.

Cuatro años le bastaron a Trump para radicalizar a su base y al Partido Republicano, al grado de solamente creer la palabra del ex presidente.

Donald Trump dejó el legado de la insurrección al capitolio, el hurto de 300 documentos clasificados y el incremento del supremacismo al grado de ser la amenaza terrorista número uno en los Estados Unidos, según el mismo FBI.

Según la encuesta publicada por California Firearm Violence Research Center, la mitad de la población espera una guerra civil en los Estados Unidos durante los siguientes años.

No obstante, uno de cada cinco personas mencionó que la violencia política estaba justificada.

"Estos resultados sugieren una continua desconfianza en la sociedad democrática de los Estados Unidos y sus instituciones," comentó el Dr. Garen Wintemute.

"Una minoría substancial de la población apoya la violencia, incluyendo la violencia letal, para obtener objetivos políticos," concluyó el Dr. Wintemute.