Las lluvias más esperadas han llegado esta semana a Australia, afectada desde septiembre pasado por una serie de incendios forestales.

Estos cortos períodos de humedad dieron tregua a bomberos y residentes de los sectores más perjudicados por el fuego. En el estado de Nueva Gales del Sur, las lluvias aplacaron varios focos, aunque las autoridades informaron que hasta la mañana del jueves, al menos 30 zonas ardían sin control.

Se espera que durante el fin de semana continúe lo que los australianos describieron como una racha de suerte. Hasta ahora, 28 personas perdieron la vida debido a los incendios forestales, además de mil millones de animales.

El fuego destruyó más de 2 mil viviendas y quemó diez millones de hectáreas de tierra, un área mayor que Corea del Sur o Portugal.

La temporada de incendios comenzó mucho antes de lo previsto en septiembre de 2019, y su duración se alargó, un factor en relación directa con el cambio climático. Australia experimentó su año más seco y caluroso registrado en 2019, con su temperatura máxima media más alta: 41,9 grados centígrados a mediados de diciembre.