La subida de precios en la vivienda en Portugal ha hecho que empiecen a verse asentamientos en carpas de gente que no puede pagar el alquiler. Son trabajadores que no llegan a fin de mes y cuyos salarios no superan los 1.000 euros.

En la Quinta de los Ingleses, pegado a la línea de mar muy cerca de Cascais, nos encontramos con una veintena de estas tiendas de campaña. Allí nos atiende Andreia Costa, una brasileña de oficio carpintera que acaba de llegar. Cuenta que eligió el sitio porque es seguro -están pegados a un colegio privado-, y porque los pinos les protegen del sol.

Andreia Costa vino de Brasil y nunca ha podido trabajar de lo suyo, pero ha encadenado contratos en servicios de limpieza. El problema, dice, es que las casas son muy caras: "A día 5 ya no me queda casi dinero. De los 800 euros que cobro, tengo que pagar 400 euros de alquiler y entre luz, comida…ya no me da".

Supo del sitio por otros compañeros y ahora su objetivo es quedarse ahí mientras pueda y ahorrar para comprarse una caravana antes de que llegue el frío, dice. Según el último dato del INE del pasado mes de agosto -precio avalado por los bancos en Portugal-, el metro cuadrado está en 1.538 euros de media y en Lisboa supera los 2.000 euros.

En Portugal, desde el año 2015 los alquileres no han parado de subir y en este último año lo han hecho en más de un 30%. Un apartamento de una habitación cuesta más de 1.200 euros de media, y eso es mucho más dinero de lo que puede estar cobrando, por ejemplo, un trabajador de la hostelería como Daniele, que trabaja por horas en una terraza.

Con su marido también se ha comprado una tienda de campaña con los pocos ahorros que tenía, y nos deja grabar lo que ahora es su nueva casa. Ha intentado separarse un poco del resto de tiendas de campaña y se ha adaptado un espacio con piedras para cocinar, otro para tener una pequeña mesa y un tendedor entre árboles.

"Mi marido y yo decidimos comprar la tienda porque estábamos pagando 800 euros, pero el propietario tampoco nos renovó", afirma. Nos cuenta que lo más difícil ha sido dejar a sus dos hijos en los servicios sociales, ya que sólo los puede ver dos veces por semana. Le preguntamos por las viviendas sociales de Lisboa y nos dice que es "imposible", porque las bases para acceder dejan fuera a muchas personas.

La realidad es que, como Daniele, son muchos los portugueses que están optando por vivir en caravana o comprarse una tienda de campaña.

Sorprende ver que son tiendas nuevas como si se tratase de un nuevo hogar, pero sencillas, con lo justo para pasar la noche. Todavía no ha llegado el frío y eso les da tiempo para buscar alternativas, aunque, en ese mismo pinar de la Quinta de los Ingleses, hay un hombre que lleva en tienda de campaña dos años, según nos dice Daniele.

El Parlamento ha vuelto a aprobar la nueva ley de vivienda después de que el presidente, Marcelo Rebelo de Sousa, la vetara. Entre otras medidas, contempla el alquiler forzoso de casas vacías, pero todavía no está en vigor. El mecanismo legal es complicado y se puede demorar en tiempo, el cual quizás corre ya demasiado en contra de muchos portugueses.

Fuente: RTVE.