La Justicia de Arabia Saudita redujo las condenas de los culpables del crimen del periodista saudí Jamal Khashoggi, ocurrido en el consulado de ese país en Estambul en octubre de 2018, cinco de los cuales enfrentarán penas de 20 años de cárcel tras haber sido sentenciados en primera instancia a la pena capital.

La Fiscalía saudita detalló que estas cinco personas fueron condenadas a 20 años de cárcel, mientras otras tres, que en primera instancia había recibido penas de prisión por un total de 24 años por encubrimiento, cumplirán ahora penas de entre siete y diez años, según informó este lunes la agencia de noticias estatal saudita SPA.

Asimismo, destacó que los fallos son definitivos y que ya no cabe apelación, si bien no facilitó detalles sobre las identidades de los condenados en el caso, que provocó críticas internacionales contra el príncipe heredero, Mohamad bin Salman, por su presunto involucramiento en el asesinato, informó la agencia de noticias Europa Press.

Kashohggi, un periodista crítico con la casa real saudita y que colaboraba con el diario estadounidense The Washington Post, desapareció el 2 de octubre de 2018 tras entrar en el consulado saudita en la ciudad turca de Estambul, donde esperaba gestionar unos documentos para poder casarse con su novia.

Allí, fue asesinado y descuartizado y su cuerpo fue sacado fuera del edificio, según la versión oficial que ofrecieron las autoridades sauditas, después del escándalo en torno a su desaparición y muerte a nivel internacional.

Sus restos no fueron hallados hasta ahora. Khashoggi tenía 59 años.

Una investigación de la ONU sobre el caso concluyó que un equipo de 15 agentes sauditas, entre ellos un médico forense y funcionarios de inteligencia y seguridad y algunos colaboradores directos del príncipe heredero, viajaron en un vuelo a Turquía para encontrarse con Khashoggi ese día en el consulado.

Su muerte provocó estupor entre los aliados occidentales del reino petrolero, sobre todo por las dudas sobre si una operación de ese calibre podría haberse realizado sin conocimiento de Bin Salman.

El año pasado, en entrevista con el canal de TV estadounidense CBS, el príncipe dijo que asumía su "plena responsabilidad como líder de Arabia Saudita", pero que no podía controlar la actividad de los millones de funcionarios del reino.

Turquía, que había exigido que los sospechosos fueran juzgados en su territorio, compartió grabaciones de audio del momento del crimen con la ONU, la CIA y otros servicios secretos.

Además de negar la responsabilidad del príncipe o del reino, autoridades sauditas dieron inicialmente versiones cambiantes sobre la desaparición de Khashoggi.

Enfrentado a una creciente presión internacional por las filtraciones turcas, el reino finalmente dijo que el periodista fue asesinado en el marco de una pelea con funcionarios sauditas que se extralimitaron en las órdenes que tenían.

Khashoggi huyó de Arabia Saudita a Estados Unidos en 2017 y desde entonces escribió en The Washington Post varios artículos críticos de la monarquía de su país.

El Congreso de Estados Unidos aprobó una resolución en la que dijo que el príncipe Mohamed fue el "responsable del asesinato", pero el presidente Donald Trump exculpó a bin Salman.