Tuvo que aparecer él. Ingresó en el segundo tiempo y le dió el octavo título doméstico en los últimos 11 años. Messi sigue triturando récords. Vió el primer tiempo desde el banco de suplentes por una decisión técnica y una situación que se ha repetido a lo largo de la temporada: preservar física y anímicamente al crack, para llegar entero a la definición de la Champions.

El próximo miércoles el equipo catalán recibe al poderoso Liverpool de Inglaterra. Y ahí está el gran objetivo del año. Para el Barcelona y para el argentino.

Sobre todo, luego de tres consagraciones de su eterno rival el Real Madrid. El primer tiempo fue un laberinto para el equipo local. El Levante está pugnando por permanecer en la liga. Y dispuso un férreo dispositivo defensivo que solo Coutinho desafió. El brasileño no encontró socio alguno para vulnerar el sistema visitante.

Hasta que apareció él. Héroe eterno de una afición que no da crédito a una costumbre circular. Luego de una serie de rebotes, la pelota le quedó al diez, que ubicó el balón lejos del alcance del arquero.

En su partido número 450, Messi sigue haciendo historia. Consiguió la segunda Liga consecutiva. Su equipo solo perdió 2 partidos en todo el campeonato.

El 25 de mayo irá por el reto de la Copa del Rey. Frente al Valencia en Sevilla. El tiempo sigue jugando a su favor.