Carta al presidente Alberto Fernández:

Durante demasiados años, los trabajadores y los jubilados hemos venido siendo la variable de ajuste, de todos los gobiernos de la democracia en Argentina.

Si bien cada uno de ellos tuvo su impronta, ninguno atendió como se debió hacer, la agenda de los trabajadores y los  jubilados.
Mientras dirigentes de distintos espacios políticos partidarios, se dedican diariamente a aumentar la lamentable grieta que tiene a una Nación innecesariamente dividida, existen sectores que siguen siendo muy castigados por donde se lo mire.
Hablamos de los trabajadores y de los jubilados.

Los primeros, son quienes hacen que este país funcione (aún en pandemia). Son quienes pagan una cantidad interminable y elevada de impuestos al Estado. Son quienes ayudan a que la rueda de la economía, se siga moviendo a pesar de los graves problemas que existen.

Los segundos, son quienes trabajaron y aportaron para tener su correspondiente jubilación durante treinta (30 años), con la finalidad de disfrutar una vida pos laboral digna y tranquila.

Por otro lado, hay que destacar que los sectores más acomodados, nunca han sido la variable de ajuste como sí  lo hemos sido nosotros. 

Los sectores más vulnerables (personas con planes sociales, desempleados, y trabajadores no registrados), han recibido asistencia y ayuda por parte del Estado desde hace décadas,  pero a la vez, los han dejado sumergidos en la pobreza, en la indigencia y sin derecho a la movilidad social ascendente,  constituyendo esta situación, un claro fracaso en este punto por parte de todos los gobiernos de la democracia,  que solo han terminado consolidando una pobreza estructural inadmisible, en un país tan grande y tan rico como el nuestro.  
Señor Presidente de la Nación, le pido  siendo su gobierno peronista, que atienda con carácter de urgencia las necesidades del activo y del pasivo argentino.

Considero en lo personal muy necesario durante su presidencia, que:

1) Se logren crear millones de fuentes de trabajo genuino, generando para ello, las condiciones necesarias para que se invierta tanto por parte de los empresarios nacionales y los extranjeros. 

2) Se tracen medidas y acciones, que apunten a reconvertir los planes sociales en trabajo genuino,  para quienes son beneficiarios de los mismos dejen de vivir en la pobreza, en la indigencia, y para que puedan acceder a su derecho a la movilidad social ascendente. 

3)  Se garantice que ningún trabajador o trabajadora, tenga un salario por debajo de la canasta básica total. Es inaceptable, que la gran mayoría de los trabajadores y trabajadores, tengan salarios de hambre. Solo con salarios dignos, los mismos pueden brindarle una vida normal a su propia familia. Con salarios dignos, se podrá reactivar el paralizado mercado interno nacional. Hay que recomponer salarios con carácter de urgencia. Ningún trabajador ni trabajadora, debe tener un salario inferior a la canasta básica total.

4) Se asegure que ningún jubilado o jubilada, tenga haberes por debajo de la canasta básica total del pasivo.  Con jubilaciones por debajo de ese parámetro,  se deja librado al azar el destino de millones de pasivos. La mínima nacional, debería ser el valor equivalente a la canasta básica del pasivo. Para fortalecer el sistema previsional,  por ejemplo se podría comenzar combatiendo desde el Ministerio de Trabajo Nacional, con firmeza el trabajo no registrado. Son millones de personas que trabajan, y que no aportan al régimen jubilatorio argentino (cerca del 40% del mercado laboral).

5) Se fortalezca el sistema de salud público.  La pandemia del Coronavirus,  desnudó la triste realidad de un sistema sanitario con salarios de indigencia para su personal (medicina y enfermería), sumado a una deteriorada e insuficiente infraestructura. Es prioritario que la salud pública, sea una política de estado, sin importar quien gobierne. 

6) Se mejoren las condiciones en las que se brinda seguridad. El Estado debe realizar las inversiones acordes, para que las fuerzas de seguridad puedan dar la protección necesaria a la población, haciendo hincapié en la prevención del delito. Esto implica mejores salarios, equipamiento, tecnología, infraestructura,  y cambios de algunos marcos legales. 

7) Se trabaje sobre el sistema educativo. Uno de los sectores que más inversión necesita en salarios e infraestructura,  es educación. También hay que definir una currícula  de materias que sea lo mejor posible, que se adecúe a nuestra épocas, a las necesidades de nuestro país y del mundo. Es clave para ello, formar a nuestros hijos y nietos con contenidos de calidad que les permitan una vez cumplida la mayoría de edad, acceder a una carrera universitaria y también poder conseguir trabajo sin mayores inconvenientes. 

8) Que sean acordes a los salarios, los impuestos y las tarifas. Hace un tiempo atrás,  el Diputado Massa (de su espacio político), manifestó en un programa televisivo que la Argentina se merecía un profundo debate, con miras a llevar adelante una gran reforma tributaria. Creo que es acertada esa declaración.  La ciudadanía no soporta más,  la pesada carga tributaria que tiene en sus espaldas. Los impuestos y las tarifas, deben ser razonables, proporcionales, equitativos,  y deben ser posibles de pagar.

9) Se elimine la aplicación del impuesto a las ganancias a trabajadores y jubilados. El Presidente de la gestión anterior, en su campaña electoral prometió que los trabajadores en su gobierno, no pagarían más impuestos a las ganancias. No cumplió. Le pido Sr. Presidente, que siendo su gobierno peronista,  elimine la aplicación de ganancias a los activos y pasivos por ser una verdadera INJUSTICIA SOCIAL. Hablamos de un impuesto nefasto, injusto, regresivo y de corte neoliberal. 

10) Se ponga en marcha un ambicioso plan de viviendas populares. Los trabajadores y jubilados argentinos,  somos la fábrica de inquilinos. Nuestra Constitución Nacional garantiza el derecho a la vivienda digna. Reitero,  han pasado  varios gobiernos nacionales, pero aún no se le ha dado respuesta a la necesidad de vivienda familiar, que tenemos millones de argentinos.

Le pido Señor Presidente, lea esta humilde carta de un ciudadano argentino, que aborde desde su gestión todos estos puntos expuestos, que son en definitiva, las principales problemáticas de los activos y pasivos de la República Argentina.