En los estudios de Canal 10 y lista para grabar una entrevista en el programa Vuelo Nocturno, Natalia de la Sota reconoció que para ella “sería un honor” ser candidata a gobernadora, aunque no le puso fecha a su deseo y se metió debajo de un gran paraguas: “todo político aspira a ser candidato a gobernador”.

Luego de esas afirmaciones y ya con la entrevista finalizada, buscó acotar el contenido de sus palabras al decir entre sonrisas: “Ustedes me hacen decir cada cosa”.

Lo cierto es que la aspiración quedó expresada y asumida, aunque obviamente hay que decir que para la próxima elección de gobernador falta bastante. Será dentro de dos años concretamente y puede correr mucha agua bajo el puente todavía aunque, de momento, el peronismo tiene de alguna manera publicitada la postulación del intendente de Córdoba, Martín Llaryora, al sillón que hoy ocupa Juan Schiaretti, quien no podrá ser reelegido.

Los competidores de Llaryora mantienen perfil bajo pero tampoco ocultan sus deseos o, en todo caso, no los niegan cuando se los menciona. Apenas si usan el elegante “todavía falta” para quitarle peso a la presión que significa convertirse en precandidateable. Por caso, se puede citar al vicegobernador Manuel Calvo o al propio Martín Gill, hoy primer candidato a diputado nacional por el kirchnerista Frente de Todos.

Esa carrera se largará el lunes 15 de noviembre, cuando algunos festejen y otros se lamenten por los resultados de la elección legislativa de medio término.

Esos comicios tienen una encuesta clara y contundente: el resultado de las Paso de setiembre pasado, que le dieron un amplio triunfo a la coalición opositora Juntos por el Cambio.

Si esos resultados se replican en las urnas de noviembre, Juntos por el Cambio lograría cinco bancas, Hacemos por Córdoba tres, y el Frente de Todos la restante.

Jugar fuerte

Pero encuestas de las últimas semanas coinciden en marcar que Luis Juez y Rodrigo de Loredo pueden crecer y estarían muy cerca de conseguir la sexta banca en Diputados. ¿La pierde el kirchnerismo como parece estar instalado o la pierde el peronismo schiarettista?

El gobernador parece estar advertido del riesgo que corre, de modo que ha salido personalmente a jugar en esta campaña y dice que votar a Natalia de la Sota y a Alejandra Vigo es votarlo a él.

De manera frontal y tajante como pocas veces se lo vio en los últimos tiempos, salió a cuestionar al gobierno de Alberto Fernández y a presentar a las listas del PJ cordobés como la verdadera alternativa al kirchnerismo.

Lo hace convencido porque conoce que si su lista pierde un diputado, él tendrá problemas mayores a partir de la segunda quincena de noviembre. De allí que también intente seducir al electorado sugiriendo un posible lanzamiento nacional, con vistas a una probable candidatura a presidente en 2023. Eso, hoy parece una quimera o una meta de difícil cumplimiento, salvo que vaya como aliado de alguna otra fuerza y ceda su hipotético deseo de ocupar el sillón de Rivadavia para resignarse a la nada desdeñable misión de conducir el Senado.

Sin gobernadores justicialistas aliados o encolumnados detrás de su figura, sin referentes que lo contengan, sólo podría hoy buscar un nuevo horizonte fuera del peronismo, cosa que es más que improbable.

En principio y según lo admiten hombres de su entorno inmediato, lo que está haciendo Schiaretti es buscar votos para ratificar su liderazgo provincial post elecciones. “Si perdemos un diputado, el 15 de noviembre nos empezarán a crecer los enanos”, se sinceró un dirigente justicialista con impecable capacidad para graficar el cuadro de situación.

Digamos que las cartas están echadas y sólo hace falta destaparlas. Eso será el 14 de noviembre. Esa noche, con el escrutinio en la mano, comenzará a escribirse otra historia.