El escrutinio provisorio, ese proceso por el cual se realiza un conteo a partir de la noche del domingo, sigue en el centro de la escena.

Descartando la oposición la posibilidad de fraude, los cuestionamientos recaen sobre esta parte del evento eleccionario, a escasas horas de las PASO.

Se trata de la única parte de un comicio en la que interviene el Poder Ejecutivo, y hacia allí van los cuestionamientos, porque debe existir un control cruzado con el resto de las fuerzas políticas.

En este punto, más allá de la oposición también las críticas incluyen, desde hace tiempo, a técnicos, especialistas en derecho electoral.

Descartando de plano el argumento oficial, de la necesidad de que se conozcan con rapidez los resultados, se celebra en todo ámbito la implementación de tecnología.

Por otro sendero va el escrutinio definitivo, que lo lleva adelante la Justicia Electoral, aún con los documentos “físicos” de la elección, y cuyo resultado final se conoce algunos días después.

Eso sí, se deja en claro que la forma en la que se contrató a la cuestionada firma Smartmatic, está lejos de ser la ideal.

La demorada entrega del software a utilizar es otro de tantos puntos débiles.

La titular de la ONG Transparencia Internacional, Delia Ferreira, fue clara en diversos posteos vía redes sociales al respecto.

“El escrutinio provisorio es responsabilidad del Ministerio del Interior. Ese es un problema porque implica la intervención del gobierno de turno que es uno de los competidores, siempre”, adujo.

Ferreira es clara al afirmar que el escrutinio provisorio “no tiene valor legal”, pero por ser parte del proceso electoral, merece “todas las garantías de transparencia, integridad, seguridad e imparcialidad”, y “eso es lo que no se ha hecho bien”.

En el mismo sentido se expresó Nicolás Wolovick, doctor en Ciencias de Computación de FAMAF de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC): "Este programa es muy sencillo de hacer, y todo lo que se ha mostrado se ha hecho muy mal".