La decisión que este jueves dio a conocer el reconocido Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), respecto al cese de sus actividades debido a que el gobierno nacional no envió las partidas correspondientes al convenio de cooperación y asistencia financiera vigente desde 2005, tiene su inmediato efecto.

De actividad prestigiosa en todo el mundo, el Organización No Gubernamental (ONG) no percibió aún los alrededor de veinte millones proveniente de fondos públicos y resolvió concluir sus múltiples actividades.

Dentro de las tareas más relevantes, el EAAF forma parte en el país de los procesos de identificación de nietos recuperados, realizó tareas con centenares de muestras obtenidas en el atentado a la Asociación Mutual Israelí en Argentina (AMIA).

Más recientemente, se destacó su intervención en la identificación de las identidades de soldados argentinos caídos en la Guerra de Malvinas.

En Córdoba funciona el laboratorio de genética forense, que dirige Carlos Vullo y, en la actualidad, coopera con el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la provincia, en medio de investigaciones por “una entrega sistemática” de manera ilegal de niños en adopción que derivan en tareas del “reunificado de familias”.

Vullo adelantó al programa Entre Nosotros Rebeca que el procesado de muestras en el laboratorio que dirige demanda “insumos caros” y “un mantenimiento de equipos”, que se ven afectados.

“Si la situación llegara a regularizarse, como me anticiparon que podría suceder, seguramente el Equipo emitirá otro comunicado. Pero con el paso del tiempo quedamos desabastecidos”, dijo.

El reconocimiento mundial de los profesionales llevó a que, con el tiempo, les soliciten trabajos en distintos sectores de África, o en los masivos asesinatos de estudiantes en Ayotzinapa, México.