La doctora en Química Farmacéutica de la UNC, Beatriz Caputto, es la primera mujer en 150 años de historia de la Academia Nacional de Ciencias en ser electa presidenta de la entidad.

Cba24n conversó con Caputto sobre los ejes que guiarán la nueva gestión en la Academia, el rol de las mujeres en la ciencia, la necesidad de fomentar el estudio de carreras científicas, tecnológicas, ingenierías y matemática; la necesidad de la educación pública gratuita y el impacto de la pandemia de coronavirus en el trabajo de la Academia.

- ¿Qué sensaciones te trae la designación?

Beatriz Caputto: - Me puso muy feliz, es de una importancia bárbara para cualquiera que tiene actividad en la academia. Tuvo una repercusión que no me esperaba. Me siento muy honrada con esta designación, siento que es una responsabilidad enorme. Me doy cuenta que por yo ser mujer, muchos nos miran más que de costumbre. Tengo una comisión directiva fantástica que me acompaña, así que no sólo es una tarea mía, vamos a trabajar en conjunto. Tenemos una prosecretaria y una tesorera, así que habrá tres mujeres en la comisión directiva, y entre todos esperamos hacer la mejor gestión posible. Por la pandemia, estamos en una situación que nadie esperaba, pero vamos a ver cómo salimos.

- ¿Por qué tu designación sucede ahora? ¿Qué tuvo que pasar para que en 150 años de Academia recién hoy haya una mujer como presidenta?

B.C.: -Todos estamos viendo los cambios culturales que están ocurriendo. Claramente hay una lucha mundial por facilitarle a la mujer que pueda ocupar las posiciones que quiera ocupar. Que pueda desarrollarse, competir y ocupar los lugares que estamos perfectamente capacitadas para ocupar. Ha llevado mucho tiempo, a algunas le costó más, a otras menos. Felizmente, debo decir que nací en un hogar donde nunca se puso en duda que tenía el mismo derecho que cualquier varón a estudiar y desarrollar las tareas que yo quisiera. Pero no es la situación de todas las chicas si uno mira la historia presente y pasada.

"En la historia pasada de la Academia, la primera mujer que se incorporó como académica fue en 1995, pasaron 125 años y eso refleja que la mujer no estudiaba, no ocupaba posiciones directivas y eso hoy está cambiando. Peleamos de igual a igual las posiciones con los varones y tenemos la misma capacidad. Cuando nos capacitamos y estamos en el lugar indicado, en el momento indicado, las ocupamos, pero cuesta", afirmó la científica.

- ¿Es necesaria una mayor visibilización del trabajo de la mujer científica? ¿Qué acciones se están haciendo en las academias para hacer visible el rol de la mujer en la ciencia?

B.C.: -Desde 2017, la Academia Nacional de Ciencias integra la Red Interamericana de Academias de Ciencias (IANAS, por sus siglas en inglés). La red, consciente del problema de la mujer en la ciencia, la falta de visibilidad y de las dificultades que tienen las chicas para poder acceder, primero a estudiar -en Argentina quizás es más fácil, aunque no es lo mismo para los que viven en grandes ciudades que en pueblos-, IANAS tiene un programa que se llama Mujeres para la Ciencia. Se dedica a buscar la manera de promover y facilitar que las mujeres participen en ciencia, hagan ciencia, ocupen posiciones directivas en ciencias y demás. Se hacen censos cada tres o cuatro años y cuando se miran los números, no hay grandes diferencias en la cantidad de mujeres que hay en las academias nacionales de ciencias entre Estados Unidos o Canadá y la de Argentina, Brasil o Chile. La proporción ronda entre un 20 y un 25 por ciento. Eso es en todo el mundo. Nosotros estamos en el puesto 23, aunque algunas academias no llegan al 20 por ciento de mujeres. Y si se miran la cantidad de mujeres que accedieron a la posición de presidente, Estados Unidos tuvo a la primera mujer en ese cargo en 2016, con seis años más que nuestra academia.

-¿Y a nivel local?

B.C.: - La Academia Nacional de Ciencias, bajo la presidencia del doctor Juan Tirao, hubo distintas acciones para facilitar la visibilización de las mujeres en ciencias. Se creó una comisión adhoc que empieza a funcionar ahora, que se llama Mujeres en Ciencias.  También, nuestra academia tiene tres premios para jóvenes. Los tres premios llevan el nombre de tres destacados científicos y no había un premio con el nombre de una mujer. En la gestión anterior, se creó por resolución el premio Eugenia Sacerdote de Lustig (N. de la A.: la médica que probó por primera vez la vacuna contra la poliomelitis en Argentina) que será para reconocer la trayectoria científica en las distintas áreas que cultiva la Academia, y también es una forma de honrar la presencia de las mujeres en la Academia. La nueva comisión está diseñando estrategias para empezar a alentar a las chicas que sigan la carrera científica.

-¿Siguen haciendo falta estudiantes de carreras STEM (ciencias, tecnologías, ingenierías y matemática)?

B.C.: - Hay que estudiar las STEMs. No hay ninguna duda, son la base del futuro y de nuestro desarrollo. La pueden estudiar todos los que tengan ganas de estudiar.  Una mujer tranquilamente puede ser ingeniera, matemática. Todos debemos alentar a que los jóvenes, mujeres y varones, estudien estas carreras. Tenemos una carencia de ingenieros y algunas carreras tienen más personas formadas pero la distribución no es adecuada para nuestro país.

"Claramente necesitamos más investigadores en ciencias básicas, químicas, ingenierías, tecnologías, biotecnologías. Mujeres y varones por igual deben estudiarlas", enfatizó la doctora.

- Si hacemos un balance entre la cantidad de estudiantes y graduados, vemos que muchos pueden quedar en el camino. ¿Qué haría falta para que tengamos más egresados y egresadas en STEM? ¿Qué papel cumple la gratuidad de la educación en esto?

B.C.: - No solamente en STEM, es un problema global. Hay muchos factores que participan en esto. El factor económico es uno, aunque la Universidad hace un esfuerzo enorme para facilitar a sus estudiantes. Se puede sacar el boleto de transporte de pasajeros gratuito, el almuerzo es prácticamente gratuito para ellos, hay becas para estudiantes. El esfuerzo no sólo debe ser desde la Universidad el esfuerzo, sino que debe ser compartido. Siempre hay una elite que empieza su carrera, la lleva al día y la termina, esos los dejamos fuera del análisis. Hay otros con dificultades. Y otros que no tienen otra opción y no están tan convencidos que el estudio universitario sea su primera elección. Es un problema muy complejo, que se ha estudiado mucho, se trata de buscar soluciones pero no siempre es fácil encontrarlas.

"El hecho de que los jóvenes pasen por la Universidad les da una visión diferente de la vida y otra posibilidad de desarrollo diferente, sin importar si salen o no con un título final. Por eso es importante mantener la educación gratuita, eso es una ventaja enorme para nuestro país, para la cultura de nuestro país. Hay que alentar a los jóvenes a que vayan a nuestra universidad", expresó Caputto.

- Volviendo a la Academia Nacional de Ciencias. ¿Qué planes hay para este nuevo período?

B.C.: - Una cuestión que me preocupó mucho es abrir la Academia al pueblo cordobés. Es un acervo cultural que me parece que no siempre lo aprovechamos ni lo conocemos como se merece. Es la academia nacional más antigua del país, fundada por Domingo Faustino Sarmiento. Tiene que ser un orgullo de los cordobeses y en gran medida la desconocen, por culpa nuestra, porque no hemos sabido llegar a los medios para darles la difusión que corresponde, no sé qué está fallando. Pero va a haber serios esfuerzos para ver si logramos que el cordobés se empodere de esta Academia. Por otro lado queremos que los investigadores estén más, que usen las instalaciones. Además de tener un edificio magnífico, que está abierto al público a la mañana, y los científicos son los que les dan relieve, así que vamos a procurar que los científicos sientan que tienen derecho a utilizarla para hacer simposios, talleres, reuniones científicas y vamos a facilitar eso también.  Además de pertenecer a IANAS, esta a su vez pertenece a una estructura mayor, la InterAcademy Partnership (IAP), que contiene a las academias de ciencias del mundo. Con ello se procura hacer la mayor cantidad de cosas posibles, porque tenemos problemas compartidos. Y las academias de ciencias son una buena manera de compartir información. A partir de 2019 somos la secretaría de IANAS, así que tenemos la responsabilidad de juntar la información de todas estas academias, de distribuirla, de plantear nuevos proyectos. Y en 2022, IANAS hará su asamblea general en nuestra academia. Trataremos de elevarnos en el contexto internacional. En el contexto nacional tenemos mucha vinculación con las academias del país. Habrá apertura internacional, nacional y local. Córdoba es nuestra sede y la llevamos en el corazón, incorporamos muchísimos académicos nacionales pero no nos olvidamos de Córdoba, que nos ayuda desde el ministerio de Ciencia y Tecnología, desde Educación, de la Municipalidad de Córdoba, en los emprendimientos que hicimos tuvimos mucho apoyo y esperamos seguir contando con ello porque somos parte de esta sociedad.

-¿Cómo cambió el trabajo de la academia nacional con el coronavirus?

B.C.: - El coronavirus nos alcanzó a todos, no tiene distinción de edad, sexo, profesión ni nada. Pero en la Academia hay una franja etaria de miembros que está en edades más avanzadas. Suspendimos las actividades presenciales un poco antes de la cuarentena porque estábamos muy en contacto con la Facultad de Ciencias Químicas y había habido un caso. Pero seguimos trabajando cada uno desde su casa para adelantar en lo que se pueda. En la academia en particular, la medicina no es uno de los temas incluidos, sin embargo, muchas de las academias de IANAS lo tienen así que hubo discusiones permanentes. Tenemos una relación muy estrecha con la Academia de Ciencias Médicas, así que les pedimos consejo acerca de qué podemos proponer en este contexto para ver cómo se puede contribuir; y ellos se apoyan en nosotros para otros temas. La unión de esfuerzos entre las academias es lo que nos hace fuertes".