Veinte días después del 40º aniversario del inicio de la guerra de Malvinas, muere Constantino Davidoff. El empresario lideró la excursión hacia las Islas Georgias, en marzo de 1982, junto a una tripulación compuesta de mecánicos y chatarreros. Davidoff siempre expresó que el objetivo de esa misión era desguazar las factorías con la intención de vender los materiales al peso, una vez trasladados al continente. Lo cierto que es la aventura comercial quedó trunca por el inicio de los enfrentamientos y desde ese momento su nombre estuvo cubierto de sospechas, rencores. 

Ver: A fondo: la increíble historia de los chatarreros que terminaron prisioneros del Ejército Británico

Los científicos ingleses que moraban en las Georgias advirtieron a Londres de la presencia de los argentinos, que a fines de marzo de 1982 izaron una bandera celeste y blanca, y a partir de ese hecho todos los acontecimientos se desarrollaron de manera vertiginosa. Los trabajadores terminaron prisioneros del Ejército Británico y Davidoff perdería, con los años, todos sus bienes. 

Constantino Davidoff reclamó durante el resto de su vida por daños y perjuicios al Gobierno británico y a la propia Corona. Tuvo una respuesta oficial del secretario de la Reina Isabel.
Constantino Davidoff reclamó durante el resto de su vida por daños y perjuicios al Gobierno británico y a la propia Corona. Tuvo una respuesta oficial del secretario de la Reina Isabel.

Con el arribo de militares argentinos, entre los que se encontraba el genocida Alfredo Astiz, los chatarreros y Davidoff estuvieron en el Atlántico Sur cuando se dio el enfrentamiento inicial entre ambos ejércitos: los primeros disparos y muertes se produjeron en las Islas Georgias. El empresario y los trabajadores, protagonistas del prólogo de lo que sería luego la guerra por las Islas Malvinas. 

Los chatarreros, quienes se habían embarcado seducidos por la idea de hacer una diferencia económica, nunca pudieron creer por completo la idea de que Davidoff fuera una víctima, un ingenuo; para algunos de ellos, el empresario articuló la operación en arreglo con los militares argentinos, quienes buscaban con la gesta absurda de la guerra mejorar la decadente opinión pública que empezaba a cuestionar seriamente el poder y la continuidad de la dictadura cívico-militar. 

"Lo perdí todo, mi casa, mis aviones, mis barcos, mi compañía y, después de todo, mi familia. Simplemente, no fui capaz de defender mis intereses después de la guerra. Estaba demasiado enfermo", dijo Davidoff a BBC en 2010.

El perfil del empresario, la historia de los chatarreros -con miles de inconvenientes y contramarchas- está retratada y reconstruida en el libro de Felipe Celesia, "Desembarco en las Georgias".

Después de 1982, Davidoff perdió el enorme chalet del que era propietario y la prosperidad de la que gozaba. También perdió la salud y la familia. La guerra de Malvinas lo marcó para siempre.