El registro actual del río Paraná se acerca al peor promedio mensual en más de medio siglo. El fenómeno hace replantearse la interacción de la sociedad argentina con su  economía y los recursos naturales del humedal biodiverso y productivo más importante que tiene el país con  3,3 millones de hectáreas de islas.  

En este sentido el docente e investigador, Carlo Ramonell, en diálogo con La Perra Vida por Radio Universidad dijo que “las bajantes más severas se dieron en la década del 40 y 50. Fundamentalmente el año 1944 que se toma de referencia y los niveles de agua estuvieron en la zona bajo Corrientes un metro aproximadamente por debajo de los niveles actuales”.

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Además el especialista consideró que el Río Paraná no es solamente su cauce principal de 2 kilómetros de anchura y que se inscribe en el canal de navegación. También hay una red de cauces naturales muy vastos y largos aguas abajo. “Hay lagunas que son playas y se ven muy afectadas como en la ciudad capital de Santa Fe que ha quedado bastante reducido. Pero el cauce principal sigue teniendo una profundidad considerable” puntualizó Ramonell. 

La navegación en el Paraná está diferenciada en la zona de Paraná inferior, aguas abajo de Rosario donde hoy la transitan buques ultramarinos y embarcaciones de gran porte y después hacia el norte, desde la ciudad de Santa Fe.

Ramonell explicó que en el Paraná inferior hay una limitante que está dada porque todo el desarrollo portuario y de la hidrovía que se hizo durante la década del 90'.“Coincidió con una etapa de periodos altos del río y las alturas hidrométricas. Hoy los barcos alcanzan las terminales pero salen con cargas reducidas por el peso”.

Finalmente el docente puntualizó dos consecuencias: una bajante extrema, aunque existieran registros inclusive más severos, y por otro lado, el registro del hidroviario agroexportador que se hizo ingresando al río buques de gran porte que son transoceánicos, sobredimensionando las capacidades naturales del río. “También que hay que esperar las lluvias a partir de septiembre y no considera a la deforestación y expansión de la frontera agroexportadora como factores determinantes ya que tendría que tener un efecto inverso en la correntía de los ríos”, concluyó el experto.