Trece mil kilómetros separan a Villa María de Kiev. Trece mil kilómetros decidieron hacer Alejandro y Pía para conocer a su nueva hija, concebida bajo tratamiento de fertilidad alta complejidad, en un proceso conocido como gestación por sustitución.

Llevaron consigo a su hasta entonces benjamín, de sólo un año. Dejaron en Córdoba a la mayor, de sólo siete años, bajo cuidado de sus abuelos. 

Durante los primeros días todo marchó según lo habían planificado. Conocieron a la beba, obtuvieron los permisos y papeles necesarios y se aprestaron para regresar el 15 de marzo, tal la fecha de su ticket.

Pero, horas antes de tal posibilidad, la pandemia forzó a casi todos los países del mundo a tomar medidas congruentes a las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Entre ellos, Ucrania y la Argentina, que elaboraron distintas restricciones que incluyeron cierres de fronteras temporalmente.

Desde entonces, la pareja espera su repatriación. Dos circunstancias los apremian: las vacunas de la bebé, que deben adecuarse al cronograma nacional, y la caducidad de algunos trámites formales. Una ausencia les requiere urgencia: la familia completa.

Este mediodía María Pía dialogó con la Crónica del Mediodía, que se emite por Canal 10.

Entre otros conceptos destacó que las autoridades ucranianas autorizarían un vuelo sanitario, posibilidad que por ahora no contempla la Cancillería.

"Nos deberían asignar un vuelo. No importa que Kiev esté cerrado, porque con autorización podríamos salir. El tema es que los vuelos propuestos por la Embajada no son viables. Nos ofrecen ir a Madrid o Italia, pero quedaríamos varados allá. Nos ofrecieron ir desde Estambul a Ezeiza, pero el vuelo a Estambul es muy costoso", explicó la joven.

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