Sin dudas uno de los regalos más solicitados por niños y niñas es el primer celular. Argentina es el país de la región que más tempranamente les entrega un smartphone, alrededor de los 9 años de edad.

Con alto grado de probabilidad lo primero que querrá hacer un niño o niña con su primer celular será abrirse una cuenta en TikTok, la red social que mayoritariamente prefieren utilizar las nuevas generaciones para entretenerse, consumir y compartir contenido en video, y también para informarse.

Si bien los términos y condiciones de uso de esta plataforma indican que una persona menor de 13 años no puede tener una cuenta de pleno uso, lo que sucede en la realidad es que muchos chicos y chicas recurren a falsear sus datos personales para poder acceder a todas las utilidades de la aplicación. Sabemos que no es una práctica recomendable, pero también sabemos que sucede.

Así evitan utilizar la versión para menores de esa edad la cual les permite ver pero no publicar contenido.

Como consumidores de contenido, TikTok les mostrará videos relacionados con los intereses que el niño, niña o adolescente, seleccione al momento de activar su cuenta, aunque esto no será definitivo. El algoritmo irá aprendiendo luego de un modo mucho más preciso sobre las preferencias del usuario en base al tiempo que le dedica a cada video antes de hacer swipe up, es decir, deslizar el dedo hacia arriba para pasar al próximo contenido que la plataforma quiera mostrarle. Mientras más tiempo le dedique a un video más contenidos de características similares le aparecerá en su pantalla.

Intereses, no seguidores

La gran diferencia con lo que recordamos eran las redes sociales en sus etapas iniciales, es que ese contenido al que accedan en TikTok no dependerá directamente de ser seguidor de otros usuarios, la plataforma muestra contenidos sin necesidad de seguir a nadie, solo por el hecho de estar y marcar temas de interés.

Esto representa un desafío mayor para la conversación que como adultos debemos mantener con los niños y niñas porque aquí ya no sirven aquellos “viejos” consejos tales como “solo comunicate, seguí o aceptá a personas que conozcas”. Inevitablemente los y las menores accederán a contenidos que no fueron creados pensando en consumidores de corta edad y serán ellos mismos quienes decidirán si lo dejan correr o le dan swipe up. Su grado de responsabilidad y su poder de decisión se expresa a cada segundo.

Información compartida

Existen básicamente tres maneras de acceder a nuestra información personal como usuarios de plataformas digitales. La primera está compuesta por aquellos datos que compartimos y hacemos públicos voluntariamente, ya sea cuando completamos nuestros perfiles o cuando publicamos contenidos.

La segunda se conforma con los datos de navegación que recaban todos los sitios y plataformas que utilizamos. Finalmente la tercera conjuga las dos primeras para obtener un perfil personal más preciso y es la que utiliza el marketing digital para por ejemplo, ofrecer productos y servicios.

Sucede habitualmente con los menores cuando comienzan a compartir contenido en redes, que no son conscientes de toda la información personal que hacen pública aún de modo no intencional. Un video con compañeros del colegio, además de ser divertido, revela información sobre la institución a la que asiste y su ubicación, los horarios, el grupo de cercanía, y otros datos que alguien podría utilizar con fines dañinos.

Bien sabemos que los menores suelen rehuir de las actitudes fatalistas de sus adultos responsables, pero lamentablemente no podemos avalar ni asumir la actitud de “a mí eso no me va a pasar”.

Los casos de ciber bullying y de grooming se multiplican y las niñas manifiestan ser víctimas de este tipo de acciones más frecuentemente que los varones.

Diálogo

En Argentina solo uno de cada diez niños, niñas o adolescentes que sufren algún tipo de acoso por medios virtuales lo comunica voluntariamente a sus adultos responsables.

Seguramente se conjuguen en ellos componentes de vergüenza y miedo a perder acceso a sus dispositivos. Por este motivo es que los especialistas recomiendan a los adultos mantener un diálogo abierto y permanente con los chicos y chicas para que sientan que podrán hablar en todo momento sobre lo que les sucede en su vida digital.