Desde el mediodía de ayer, cuando concluía el primer encuentro de Javier Milei con los 23 gobernadores y el Jefe de Gobierno porteño, que las sensaciones no eran buenas.

Posiblemente, porque los mandatarios provinciales, convocados para brindar apoyo a un presidente que lo necesita para gobernar, esperaban más precisiones respecto al mentado “paquete” de cambios normativos y nuevas leyes que alista la flamante gestión.

Ya desde hace unos días que Martín Llaryora venía pidiendo, más allá del ajuste fiscal, “un plan productivo y de empleo”.

En ese camino se expresó en la misma Casa Rosada, aunque por la noche, en una entrevista televisiva, subió el tono: “Me parece que se está pensando solo en lo fiscal… pero al lado tiene que aparecer un paquete de empleo, inversión y producción. Sino esto va a ser como la paz del cementerio, sólo ahí te van a cerrar los números”.

El proceso de ‘estanflación’ parece quitarle el sueño a quien hoy lidera ‘el Partido cordobés’.

“Yo a las 3600 medidas no las se, pero entiendo que el Presidente hoy está sin respaldo parlamentario. Tal vez el decreto hable de tratados comerciales, inversiones, cosas que las provincias necesitan. Tampoco tiene sentido paralizar las obras públicas financiadas por organismos internacionales. Algo tiene que movilizar el empleo; y yo voy a hacer toda la obra pública que pueda”, sentenció.

Lamentó, en tal sentido, que no se haya hablado del “endeudamiento externo” de los distritos, y casi a modo de pedido, adujo que está bien mirar la situación general, pero “que mire también a las provincias, porque sino se le van a escapar”.

A la vez que reconoció que “la realidad te asusta sola”, el mandatario remarcó que “los gobernadores somos amortiguadores”, y prosiguió: “Quien no pueda pagar una escuela privada, va a ir al sistema público. Y si las prepagas suben, mucha gente va a recurrir a la salud pública”.